jueves, 14 de marzo de 2019

Descubiertos 83 agujeros negros supermasivos en el Universo temprano

Luz de uno de los cuásares más lejanos conocidos, alimentado por un agujero negro supermasivo que se halla a 13050 millones de años-luz de la Tierra. Los demás objetos del campo son principalmente estrellas de nuestra Vía Láctea y galaxias a lo largo de la línea visual. Crédito: NAOJ.
Un equipo de astrónomos ha descubierto en el universo lejano 83 cuásares alimentados por agujeros negros supermasivos, en una época en la que el Universo tenía menos del 10 por ciento de su edad actual. El hallazgo incrementa considerablemente el número de agujeros negros conocidos en esa época y revela, por primera vez, lo comunes que eran al principio de la historia del Universo.

Los agujeros negros supermasivos se encuentran en los centros de las galaxias y poseen masas equivalentes a millones e incluso miles de millones de veces la del Sol. Aunque son predominantes en el Universo actual, no está claro cuándo se formaron y cuántos de ellos existen en el Universo temprano lejano. Aunque los agujeros negros supermasivos distantes son identificados como cuásares que brillan cuando engullen gas, los estudios anteriores eran sensibles solo a los cuásares más luminosos y raros y, por tanto, a los agujeros negros más masivos. Los nuevos descubrimientos muestran la población que posee masas características de los agujeros negros más comunes observados en el Universo actual y, por tanto, arrojan luz sobre su origen.


Además esta investigación aporta datos nuevos acerca del efecto de los agujeros negros sobre el estado físico del gas presente en el Universo temprano en sus primeros mil millones de años. Se acepta que el hidrógeno del Universo era neutro en el pasado pero que fue “reionizado” (es decir, separado en sus protones y electrones componentes) en la época en que nació la primera generación de estrellas, galaxias y agujeros negros supermasivos, en los primeros cientos de millones de años después del Big Bang.

Una hipótesis sugiere que hubo muchos más cuásares en el Universo temprano de lo detectado anteriormente y que fue la suma de su radiación lo que reionizó el Universo. Sin embargo, la densidad en número medida en esta investigación es significativamente menor de lo que se necesita para explicar la reionización. Por tanto, la reionización fue causada por otra fuente de energía, con mayor probabilidad por las numerosas galaxias que empezaron a formarse en el Universo joven.
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