jueves, 28 de marzo de 2019

El instrumento GRAVITY, pionero en la obtención de imágenes de exoplanetas

Vista aérea de la plataforma de observación en la cima de Cerro Paranal (desde finales de 1999), con los cuatro recintos para las unidades de telescopios (UT) de 8.2 metros, y variadas instalaciones para el Interferómetro del VLT (VLTI). Tres Telescopios Auxiliares (AT) de 1.8 metros y la senda de los rayos de luz han sido superpuestos en la imagen. También se observan algunas de las 30 estaciones donde los AT podrían posicionarse para las observaciones, y donde los rayos de luz desde los telescopios pueden ingresar al túnel del Interferómetro. Las estructuras rectas son los soportes de los rieles donde los telescopios pueden moverse desde una estación a otra. El Laboratorio Interferométrico (parcialmente subterráneo) se encuentra al centro de la plataforma. Crédito: ESO
El instrumento GRAVITY, instalado en el interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer) de ESO, ha realizado la primera observación directa de un planeta extrasolar mediante interferometría óptica. Este método reveló una atmósfera exoplanetaria compleja, con nubes de hierro y silicatos arremolinándose en una tormenta que abarca todo el planeta. La técnica presenta posibilidades únicas para la caracterización de muchos de los exoplanetas conocidos actualmente.


Este resultado ha sido anunciado hoy en una publicación en la revista Astronomy and Astrophysics por la colaboración GRAVITY, en la que presentan observaciones del exoplaneta HR8799e mediante interferometría óptica. El exoplaneta fue descubierto en 2010 en órbita de la joven estrella de secuencia principal HR8799, que se encuentra a unos 129 años luz de la Tierra, en la constelación de Pegaso.

Para obtener estos resultados, que revelan nuevas características de HR8799e, era necesario utilizar un instrumento con muy alta resolución y sensibilidad. GRAVITY puede utilizar las cuatro unidades de telescopio del VLT de ESO para trabajar como si se tratase de un único telescopio de mayor tamaño, usando una técnica conocida como interferometría. Esto crea un súper telescopio — el VLTI — que recoge e interpreta, de forma muy precisa, la luz de la atmósfera de HR8799e y la de su estrella anfitriona.

“Nuestro análisis mostró que HR8799e tiene una atmósfera que contiene mucho más monóxido de carbono que metano, algo no esperable de la química en equilibrio”, explica el líder del equipo Sylvestre Lacour, investigador CNRS del Observatorio de París-PSL y del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre. “Podríamos explicar mejor estos sorprendentes resultados con la presencia de altos vientos verticales dentro de la atmósfera, que impedirían que el monóxido de carbono reaccionase con el hidrógeno para formar metano”.

El equipo descubrió que la atmósfera también contiene nubes de polvo de hierro y silicatos. Esto, combinado con el exceso de monóxido de carbono, sugiere que la atmósfera de HR8799e está inmersa en una enorme y violenta tormenta.https://observatori.uv.es/

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