Aurora rosa observada el pasado 23 de noviembre desde Noruega. Crédito: M.O.H.E.A.C.T. |
Cerca de Kvaløya, la guía de tours de auroras Marianne Bergli fue testigo de una aparición rosa todavía más impresionante. “Irónicamente, nuestros visitantes dejaron de tomar fotografías”, explica Bergli. “Quedaron maravillados y petrificados por las increíbles luces rosa y verde sobre sus cabezas”.
Esta erupción fue provocada por un flujo de viento solar procedente de un agujero en la atmósfera del Sol. Estos agujeros con comunes durante el mínimo solar y no necesitan de manchas solares para formarse. Es por esta razón que hay auroras durante todo el ciclo solar de 11 años.
El color rosa nos indica algo interesante acerca del viento solar del 22 de noviembre: parece haber tenido una capacidad de penetración inusual. La mayoría de las auroras tienen un resplandor verde causado por las partículas energéticas procedentes del espacio que chocan contra átomos de oxígeno a entre 100 km y 300km de altura respecto de la superficie de la Tierra. El rosa aparece cuando las partículas energéticas descienden más de lo habitual, chocando contra moléculas de nitrógeno a 100 km de altura y más abajo.https://observatori.uv.es
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