sábado, 4 de mayo de 2019

La extraña reacción de los ratones en microgravedad a bordo de la ISS

El equipamiento para observar el comportamiento de los ratones, el Rodent Research Hardware System
Dos docenas de ratones del laboratorio visitaron la Estación Espacial Internacional (EEI) para hacer experimentos que permitan entender el cuerpo humano de los astronautas (ya que tenemos parecidos biológicos muy grandes con estos mamíferos roedores). Los pequeños animales, en la ingravidez, se comportaron como siempre: comían, se lavaban y comunicaban entre sí. Pero pocos días después de llegar, los ratones jóvenes se ponían a correr en círculos sin motivo aparente. Los científicos han tratado de explicar su comportamiento en un artículo publicado en Scientific Reports.
En el espacio, aparte de las pruebas con plantas y bacterias, se realizan experimentos con los animales, por ejemplo los ratones. Los científicos intentan descubrir como un organismo vivo responde a la permanencia prolongada en la ingravidez, puesto que esas pruebas son más fáciles de hacer con los ratones que con la gente. En 2014 SpaceX de Elon Musk llevó infraestructura para ese tipo de pruebas a la EEI.



April Ronca y sus colegas del Centro de Investigación Ames de la NASA describieron en su artículo los resultados de la prueba NASA Rodent Research-1 (RR1). Durante la RR1 20 hembras visitaron la EEI y pasaron allí de 17 a 37 días, durante los cuales las estaban filmando. Al mismo tiempo en la Tierra los científicos observaban un grupo de control. Todos los animales sobrevivieron a la prueba: se sentían muy bien, mientras que su masa y condición de piel no cambiaron.
Las hembras, tanto jóvenes como viejas, se comportaban como lo habían previsto los científicos. Comían bien, se lavaban y comunicaban con sus vecinos. Cuando se adaptaron a la microgravedad, comenzaron a correr pos sus jaulas con habilidad. Por ejemplo, se movían por las paredes, usando sus colas. Sus ritmos circadianos también se mantuvieron.

Sin embargo, en tres o cinco días después de llegar a la EEI las hembras jóvenes se ponían a correr en círculos en sus jaulas, primero solas y enseguida juntas. Esa actitud es típica de ratones del laboratorio y parece inútil a primera vista. Normalmente se considera que es una consecuencia de lo que viven en el ambiente muy restringido. Pero en ese caso los científicos piensan que hay otros factores, puesto que los ratones que estaban en la Tierra y tenían las mismas condiciones no actuaban así.
Es probable que los roedores hayan estado disfrutando de la actividad física en la ingravidez, ya que no tenían sus ruedas para correr -una instalación que a menudo disfrutan. El argumento en favor de esa explicación es que solo lo hacían los ratones jóvenes, por que suelen moverse más.


Otra razón sería que los ratones estarían reaccionando así al estrés del vuelo a la EEI y su estancia en un ambiente muy raro. Pero eso no explica por qué no tenían otros síntomas del estrés, como el ayuno. Finalmente, los científicos suponen que es su reacción a la ingravidez y a la falta de los señales para su sistema vestíbular, aunque no está claro porque afecta solo a los ratones jóvenes. Para entender ese fenómeno hay que hacer unas pruebas más.

Anteriormente los científicos colocaron a los ratones en una realidad virtual FreemoVR, diseñada para estudiar animales. Es un cuarto pequeño con varias cámaras de gran sensibilidad que observan a los animales y cambian las imágenes en las paredes o en el suelo. Gracias a FreemoVR se puede estudiar a los animales en condiciones que son muy similares a la realidad.https://nmas1.org/news/2019/05/04/ratones-en-espacio

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