Los dos pequeños robots con forma cilíndrica, de apenas 18 centímetros de ancho y siete de alto, llamados Minerva II-1A y Minerva II-1B, se desplegaron el 21 de septiembre de la nave Hayabusa 2 para iniciar su estudio del asteroide. Tras aterrizar con éxito, comenzaron a dar pequeños saltos, que es su forma de moverse en un ambiente de casi ingravidez propio de una roca espacial. Además, la superficie se encuentra en absoluta quietud, muy diferente al entorno explosivo del cometa 67P/Churyumov Gerasimenko que se encontró la sonda Rosseta.
Las nuevas imágenes, que corresponden al 23 de septiembre, muestran claramente que Ryugu tiene una superficie áspera y pedregosa. Una de las instantáneas permite ver la sombra de la antena del rover 1A, así como de uno de los alfileres que le sirven en sus operaciones.
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