El hemisferio sur de Júpiter fotografiado por la nave espacial Juno de NASA. Crédito: NASA/JPL-Caltech/SwRI/Gerald Eichstädt/Seán Doran. |
“Podemos demostrar que Júpiter creció en tres fases separadas, diferentes”, explica Julia Venturini (Universidad de Zurich). “Es especialmente interesante que no sea el mismo tipo de cuerpos el que aporta masa y energía”, añade Yann Alibert (PlanetS).
Primero el embrión planetario acertó rápidamente guijarros pequeños del tamaño de centímetros y creó rápidamente un núcleo durante el primer millón de años. Los dos millones de años siguientes fueron dominados por una acreción más lenta de rocas del tamaño de kilómetros llamadas planetesimales. Chocaron contra el planeta en crecimiento con gran energía, emitiendo calor. “Durante la primera fase los guijarros aportaron la masa”, explica Yann Alibert. “En la segunda fase, los planetesimales también añadieron un poco de masa, pero o que es más importante, aportaron energía”. Después de tres millones de años, Júpiter había crecido convirtiéndose en un cuerpo de 50 veces la masa de la Tierra. Entonces empezó la tercera dase, dominada por una acreción descontrolada de gas que condujo al gigante gaseoso actual, con más de 300 veces la masa de la Tierra.
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