Ilustración de una enana blanca acumulando el material que capta de una estrella gigante roja compañera. Crédito: NASA/CXC/M.Weiss. |
La clara emisión de rayos X procede de un sistema binario que contiene una estrella enana blanca llamada ASASSN-16oh. El descubrimiento ha permitido detectar rayos X de baja energía (a los que los astrónomos se refieren como “blandos”) producidos por gas que se encuentra a temperaturas de varios cientos de miles de grados.
Hasta ahora, se pensaba que estos rayos X blandos eran producidos por procesos de fusión nuclear en la superficie de las enanas blancas. Si esto fuera lo que ocurre en ASASSN-16oh entonces debería de empezar todo con una explosión seguida por la emisión de rayos X procedentes de toda la superficie la enana blanca. Sin embargo, la luz en el óptico no aumenta con rapidez suficiente como para ser debida a una explosión y los datos de Chandra muestran que la emisión procede de una región más pequeña que la superficie de la enana blanca.
Por tanto, ahora los investigadores proponen un escenario diferente. La enana blanca está captando material de una estrella compañera, una gigante roja. El gas es atraído hacia un gran disco que rodea a la enana blanca. El gas se va calentando mientras cae en espiral hacia la enana blanca. Mientras cae se producen rayos X a lo largo de un cinturón allá donde el disco toca con la estrella. Esto ocurre a una velocidad mayor de lo que se había visto hasta ahora. Y si la enana blanca continua ganando masa a este ritmo puede que alcance el límite de masa y se destruya a sí misma con una explosión supernova de tipo Ia.https://observatori.uv.es
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