Luego de un viaje de dos años y dos mil millones de kilómetros, la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA ha llegado a su destino, el asteroide Bennu. La sonda tiene como objetivo recolectar una muestra de la roca espacial y traerla de regreso a la Tierra.
Bennu tiene un diámetro promedio de menos de 500 metros, lo que lo convierte en el objeto más pequeño jamás orbitado por una nave espacial. Los primeros círculos a su alrededor ayudaron a los especialistas a cargo de la nave a descubrir cómo volar cerca de ella. Una gran parte de eso es hacer modelos precisos de su forma y cualquier variación en la gravedad a su alrededor que pueda ser causada por rocas o trozos más densos dentro del asteroide.
Debido a que Bennu es tan pequeño, tiene una gravedad extremadamente débil, lo que dificulta la órbita. Incluso la fuerza de la luz solar que golpea la nave espacial pudo haberla sacado de una órbita estable. Debido a eso, OSIRIS-REx rodeó el asteroide en lo que se llama una órbita de terminación, permaneciendo siempre al borde de la noche y el día, de modo que la luz solar que la golpea siempre sea la misma y no la haga entrar en una oscuridad total.
Una complicada misión
Orbitar a Bennu durante un período prolongado de tiempo es particularmente útil porque es uno de los pocos asteroides cuyas órbitas los acercan peligrosamente a la Tierra. Sus pequeños tamaños hacen que sus trayectorias sean difíciles de predecir, por lo que observar de cerca uno de estos objetos podría ayudarnos a predecir si alguno de ellos podría terminar en un curso de colisión con nosotros.
A medida que OSIRIS-REx rodea su objetivo, el equipo en la Tierra mantiene una estrecha vigilancia en busca de un área segura para que pueda aterrizar brevemente y tomar una muestra de polvo. Luego, en algún momento a mediados de 2020, caerá hacia la superficie, extenderá su brazo robótico y golpeará el asteroide para obtener una pequeña muestra de menos de 2 kilos.
"No estamos aterrizando del todo, estamos despegando del asteroide con nuestro mecanismo de muestreo", dice a News Scientist, Daniella DellaGiustina, miembro del equipo OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona en Tucson. Luego de eso, en marzo de 2021, OSIRIS-REx regresará a casa con su preciosa carga. Llegará a la Tierra en 2023.
Una vez que la nave espacial vuelva a la Tierra, los científicos comenzarán el análisis del polvo espacial. "Bennu es un objeto relativamente primitivo, lo que significa que su historia podría contener pistas sobre la historia del sistema solar", dice DellaGiustina. "Estudiar su material en particular debería poder ayudarnos a responder algunas preguntas sobre los orígenes del material orgánico en la Tierra".
Este no es el primer vehículo en llegar a un objeto espacial en los últimos meses. A mediados de setiembre, la sonda japonesa Hayabusa 2 llegó al asteroide Ryugu; y hace solo unos días, el Lander InSight de la NASA aterrizó exitosamente sobre Marte para estudiar su interior.
https://nmas1.org/news/2018/12/03/osiris-rex-llega-bennu-ciencia
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