viernes, 19 de octubre de 2018

Kes 75: el púlsar más joven de la Vía Láctea revela los secretos de la destrucción de una estrella

Imagen del púlsar Kes 75 en la que se han superpuesto datos de varios telescopios en diferentes longitudes de onda. Los datos de Chanda aparecen en azul, mostrando la nebulosa de viento de púlsar que rodea a Kes 75, mientras que los restos de la explosión que emiten rayos X de menor energía parecen en púrpura. Una imagen óptica del Sloan Digital Sky Survey revela las estrellas del campo. Créditos: rayos X de NASA/CXC/NCSU/S. Reynolds; óptico de PanSTARRS.
Un equipo de científicos ha confirmado la identidad del púlsar más joven conocido en la galaxia de la Vía Láctea, empleando datos del observatorio de rayos X Chandra de NASA. Este resultado podría proporcionar a los astrónomos información nueva acerca de cómo algunas estrellas finalizan su vida.


Después de que algunas estrellas agotan su combustible nuclear, colapsan y explotan como supernovas, quedando restos estelares densos llamados “estrellas de neutrones”. Las estrellas de neutrones que giran rápidamente y están altamente magnetizadas producen un haz de radiación (similar a la emisión de un faro) que los astrónomos detectan en forma de pulsos cuando el púlsar barre el cielo con su haz al rotar.

La rotación rápida y el potente campo magnético del púlsar han generado un viento de partículas de materia y antimateria de alta energía que fluyen alejándose del púlsar a casi la velocidad de la luz. El viento del púlsar ha creado una gran burbuja de partículas de alta energía llamada nebulosa de viento de púlsar.

La nebulosa se está expandiendo a la notable velocidad de 1 millón de metros por segundo. Esta velocidad tan alta puede deberse a que se expande en un ambiente relativamente poco denso, posiblemente una burbuja de gas producida por níquel radioactivo formado en la explosión y expulsado mientras la estrella explotaba. Este níquel también contribuyó a la luz de la supernova cuando se desintegraba en gas de hierro difuso que llenó la burbuja. Por tanto, esto da a los astrónomos datos acerca del núcleo de la estrella que explotó y de los elementos que creó.

El ritmo de expansión de la nebulosa indica a los astrónomos que Kes 75 explotó hace unos cinco siglos, pero no existen registros históricos de dicha explosión, posiblemente porque el polvo y gas interestelares que llenan nuestra Galaxia en dirección al púlsar hicieron que la explosión no fuese suficientemente brillante como para ser detectada en aquélla época.https://observatori.uv.es/

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