lunes, 2 de julio de 2018

Observan el campo magnético de los restos de la supernova 1987A

Imagen tomada por el telescopio espacial Hubble de los restos de la supernova 1987A. Se ve un anillo interior brillante que resplandece al interactuar con el propio material de la explosión. Crédito: NASA, ESA, R. Kirshner y P. Challis (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics).
Por primera vez, los astrónomos han observado directamente el campo magnético en uno de los objetos más estudiados de la astronomía: los restos de la supernova 1987A (SN 1987A), la explosión de una estrella agonizante que apareció en nuestro cielo hace más de 30 años. Además de este impresionante logro observacional, la detección proporciona datos acerca de las fases tempranas de la evolución de los restos de supernovas y del magnetismo cósmico en ellos.


“El campo magnético que hemos detectado es alrededor de 50 000 veces más débil que el de un imán de nevera”, comenta el profesor Brian Gaensler. “Y hemos sido capaces de medirlo desde una distancia de alrededor de 1.6 millones de billones de kilómetros”.

“Es la detección más temprana posible del campo magnético formado tras la explosión de una estrella masiva “, explica la Dra. Giovanna Zanardo (Universidad de Australia Occidental).

Los investigadores han observado que el campo magnético de los restos de la supernova no es caótico sino que ya muestra un cierto grado de orden. Los astrónomos sabían que a medida que los restos envejecieran sus campos magnéticos se irían alargando y alineando formando patrones ordenados. Así, estas observaciones demuestran que un resto de supernova puede ordenar un campo magnético en el periodo de tiempo relativamente corto de 30 años.https://observatori.uv.es/

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