El astronauta de NASA Comandante Eugene Cernan dentro del módulo lunar después de su segundo paseo sobre la Luna de la misión Apollo 17. Su traje espacial está cubierto de polvo lunar. Crédito: NASA. |
La “fiebre del heno lunar”, tal como la describió el astronauta de NASA Harrison Schmitt durante la misión Apollo 17, causó síntomas en las 12 personas que han pisado la Luna. Desde estornudos a congestión nasal, en algunos casos las reacciones duraron varios días. Dentro de la nave espacial el polvo olía a pólvora quemada.
Ahora un ambicioso proyecto de investigación de la ESA pretende averiguar si el polvo lunar puede ser nocivo para la salud humana.
El polvo lunar contiene silicatos, un material que se halla habitualmente en cuerpos planetarios con actividad volcánica. Los mineros de la Tierra sufren inflamación y heridas en sus pulmones por la inhalación de silicatos. En la Luna el polvo es tan abrasivo que se comió las capas de las botas de los trajes espaciales y destruyó los sellos de vacío de los contenedores de muestras del Apollo. El daño potencial que resulta de la inhalación de este polvo es desconocido pero las investigaciones demuestran que las simulaciones de suelo lunar pueden destruir las células de los pulmones y del cerebro después de una exposición prolongada.https://observatori.uv.es/
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