martes, 30 de julio de 2019

Un flujo estelar en la Vía Láctea aporta pruebas de una subestructura oscura

Los colores de las estrellas en este modelo del flujo estelar GD-1 superpuesto sobre un mapa de flujo de Gaia muestran cómo las órbitas de las estrellas se vieron afectadas por el impacto de una subestructura oscura desconocida, con el color blanco representando una gran diferencia y el rojo oscuro representando casi ninguna diferencia. La órbita del flujo está dibujada en primer plano. Crédito: Ana Bonaca, ESA, Gaia.
Un equipo de científicos del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian ha observado lo que puede ser una prueba de materia oscura interfiriendo con un flujo de estrellas en la galaxia de la Vía Láctea.



Los flujos estelares son asociaciones de estrellas que en el pasado pertenecieron a una galaxia enana o cúmulo globular, pero que fueron estirados por las fuerzas de marea de la Vía Láctea formando flujos. El flujo estándard es delgado, largo y regular. Pero en el flujo llamado GD-1 los investigadores han descubierto huecos o regiones de menor densidad, cerca de los cuales hay estrellas distribuidas de forma desordenada.

Tras descartar otras causas más normales, los investigadores sugieren que estos defectos en el flujo son debidos a la presencia de concentraciones de materia oscura que con su fuerza de gravedad han alterado su aspecto.https://observatori.uv.es/

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