sábado, 23 de junio de 2018

XMM-Newton encuentra el material intergaláctico perdido

Ilustración de artista del medio intergaláctico templado-caliente, una mezcla de gas con temperaturas que van desde los cientos de miles de grados (templado) a millones de grados (caliente) que permea el Universo en una red cósmica de filamentos. Las dos concentraciones de gas con oxígeno intergaláctico detectadas en esta investigación se ven en el espectro mostrado abajo a la izquierda. Corresponden a un redshift z=0.43 (indicado con flechas verdes) y z=0.35 (indicado con una flecha magenta); las estructuras del espectro señaladas con flechas azules representan señales de nitrógeno en nuestra galaxia la Vía Láctea. Crédito: ilustraciones y composición de ESA / ATG medialab; datos de ESA / XMM-Newton / F. Nicastro et al. 2018; simulación cosmológica de R. Cen.
La cantidad total de materia ordinaria en el Universo, a la cual los astrónomos se refieren como bariones, puede ser estimada a partir de observaciones del fondo cósmico de microondas, que es la luz más antigua en la historia del Universo, fechada en solo 380 000 años después del Big Bang.

Las observaciones de galaxias muy lejanas permiten a los astrónomos seguir la evolución de esta materia durante los dos primeros miles de millones de años del Universo. Después de eso, sin embargo, más de la mitad parece haberse perdido. “Los bariones perdidos constituyen uno de los mayores misterios de la astrofísica moderna”, explica Fabrizio Nicastro. “Sabemos que esa materia tiene que estar ahí afuera, la vemos en el Universo temprano, pero ya no podemos detectarla. ¿Dónde ha ido a parar?”.


Los astrónomos sospechaban que los bariones perdidos deben de encontrarse en los ubicuos filamentos de la red cósmica, la distribución filamentosa de materia oscura y ordinaria que se extiende por todo el Universo.

Fabrizio y sus colaboradores han utilizado XMM-Newton para mirar un cuásar, una galaxia masiva con un agujero negro supermasivo en su centro que está devorando materia activamente y que brilla intensamente desde en rayos X hasta en ondas de radio. “Después de escrutar los datos, conseguimos hallar con éxito la firma del oxígeno en el gas intergaláctico caliente que se encuentra entre nosotros y el lejano cuásar, en dos lugares diferentes a lo largo de la línea visual”, afirma Fabrizio.”Esto está ocurriendo porque hay enormes reservas de material (incluyendo oxígeno) que están ahí, y justo en la cantidad que esperábamos, así que finalmente podemos completar la cantidad de bariones del Universo. https://observatori.uv.es

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