lunes, 16 de mayo de 2016

La ascensión y caída de los lagos marcianos

Esta imagen muestra las regiones de Marte conocidas como Terra Sirenum y Terra Cimmeria. Esta región, salpicada de cuencas que en el pasado albergaron uno de los mayores lagos de Marte, ha sido objeto de un estudio que intenta comprender mejor las condiciones ambientales en el pasado de esta región. Crédito: MOLA Science Team; composición de la imagen de S. Adeli (DLR).
Existen muchas pruebas, recogidas durante las últimas. décadas, que sugieren que el agua líquida fue abundante en la historia primitiva de Marte. Sin embargo, el tamaño, evolución y duración de masas de agua estables, como lagos, sobre la superficie de Marte es todavía objeto de mucho debate. Un estudio reciente, empleando datos de varias naves espaciales que trabajan en Marte, pintan una imagen detallada de la ascensión y caída de cuerpos estables de agua en una región que en el pasado albergó uno de sus mayores lagos.



La investigación, realizada por Solmaz Adeli, Ernst Hauber, Laetitia Le Deit y Ralf Jaumann, se ha centrado en un área de la superficie conocida como la región de Terra Sirenum, que se piensa que albergó uno de los mayores lagos de Marte. La masa de agua, llamada lago Eridania, cubrió en el pasado un área de más de un millón de kilómetros cuadrados antes de dividirse en lagos aislados más pequeños y acabar desapareciendo, junto con el resto del agua del planeta.

Tras cartografiar la zona y estudiar las características de las diferentes capas de materiales, los investigadores presentaron una teoría acerca de la evolución de esta región.

El terreno geológico más antiguo (que data del periodo noeico, que empezó hace unos 4 mil millones de años) se halla en las tierras altas que rodean las cuencas. Sobre esta antigua superficie llena de cráteres se puede ver una capa de material más joven que fue depositado desde el aire en forma de polvo y ceniza. En las propias cuencas los científicos descubrieron que este material se había fracturado y había sido erosionado, formándose impresionantes protuberancias que se elevan a alturas de hasta 600 m desde el suelo de las cuencas. "Lo que esto nos indica", comenta Hauber, "es que cuando el material fue depositado, el lago Eridania todavía existía, pero el nivel de agua cayó hasta el punto que resultó dividido en una serie de lagos más pequeños al principio del periodo hespérico y, más tarde durante ese periodo, las cuencas individuales también empezaron a secarse".http://observatori.uv.es/

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