viernes, 19 de mayo de 2017

Los ríos de tres mundos cuentan historias diferentes

De izquierda a derecha: redes fluviales en Marte, la Tierra y Titán. Un equipo de investigadores ha descubierto que Titán, como Marte pero a diferencia de la Tierra, no ha sufrido tectónica de placas activa en el pasado reciente. Créditos: Benjamin Black/NASA/Visible Earth/JPL/Cassini RADAR team. Adaptada a partir de imágenes de NASA Viking, NASA/Visible Earth, and NASA/JPL/Cassini RADAR team.
El ambiente en Titán, la mayor luna de Saturno, podría parecer sorprendentemente familiar: nubes que condensan y llueven sobre la superficie, alimentando ríos que fluyen hacia océanos y lagos. Fuera de la Tierra, Titán es el otro único cuerpo planetario del Sistema Solar con ríos que fluyen de manera activa, aunque son alimentados por metano líquido en lugar de agua. Hace mucho tiempo, Marte también albergó ríos que excavaron valles por su superficie ahora árida.


Científicos del MIT han encontrado que, a pesar de esas similitudes, los orígenes de la topografía, o elevaciones de la superficie, en Marte y Titán son muy diferentes de los de la Tierra. Los investigadores sostienen que como Marte y a diferencia de la Tierra, Titán no ha sufrido tectónica de placas activa en su pasado reciente. El crecimiento de montañas por tectónica de placas desvía las trayectorias de los ríos. Los científicos han descubierto que ésta es la prueba que faltaba en las redes fluviales de Marte y Titán.

“Aunque los procesos que crearon la topografía de Titán son todavía un enigma, esto excluye algunos de los mecanismos con los que estamos más familiarizados en la Tierra”, explica Benjamin Black (MIT, City College of New York). Los autores sugieren, en cambio, que la topografía de Titán puede haberse desarrollado a través de procesos como cambios en el grosor de la corteza helada de la luna debido a mareas producidas por Saturno.

El estudio también arroja cierta luz sobre la evolución del paisaje en Marte, que en el pasado albergó un océano enorme y ríos de agua. El equipo del MIT aporta pruebas de que los elementos más importantes de la topografía marciana se formaron muy temprano en la historia del planeta, influyendo en las trayectorias de los jóvenes sistemas fluviales, incluso mientras las erupciones volcánicas y los impactos de asteroides dejaban cicatrices en la superficie.https://observatori.uv.es/

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