Ilustración de artista de la Tierra como un gélido planeta “bola de nieve”. Crédito: NASA. |
La investigación señala que hallar un planeta en la “zona habitable” de su estrella nodriza (la franja de espacio correcta para permitir la presencia de agua líquida en la superficie de un planeta rocoso en órbita) no siempre es un dato suficiente para juzgar su posible habitabilidad.
Utilizando modelos por computadora, Russell Deitrick (Universidad de Berna) y sus colaboradores han descubierto que los planetas de la zona habitable pueden entrar repentinamente en estados de “bola de nieve” si las variaciones en la excentricidad o el semieje mayor de la órbita (cambios en la distancia entre un planeta y su estrella a lo largo de una órbita) son grandes, o si la oblicuidad del planeta (la inclinación de su eje de rotación respecto del plano orbital) crece por encima de 35 grados.https://observatori.uv.es/l
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