miércoles, 28 de febrero de 2018

Encélado podría abundar en microbios que producen metano

sta ilustración muestra la nave espacial Cassini atravesando los penachos de vapor de agua salada que emanan de la corteza helada de Encélado, una pequeña luna de Saturno. Cassini detectó trazas de metano que podrían proceder de formas sencillas de vida alienígena que habitara en el interior de la luna. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Un equipo de investigadores ha comprobado la hipótesis de que una posible forma de vida alienígena en la helada luna Encélado de Saturno podría asemejarse mucho a un tipo específico de microbio que se halla a gran profundidad en los mares de nuestros planetas. Dichos organismos alienígenas podrían estar viviendo ahora allí, y podrían convertirse en los primeros en ser descubiertos fuera de la Tierra.

Simon Rittmann (Universiad de Vienna) y su equipo han realizado una serie de experimentos y modelos para determinar si tres tipos de microbios terrestres que producen metano podrían prosperar en las profundidades del frío océano alcalino y salado de Encélado. Argumentan que una de esas especies podría, de hecho, vivir allí, animando a que se lleven a cabo investigaciones más detalladas y misiones para confirmarlo.


La nave espacial Cassini desveló la existencia del océano de Encélado al observar penachos como géiseres escapando del polo sur de la luna. En esos penachos encontró señales químicas de un océano de agua salada contenido entre la corteza helada y el núcleo rocoso, así como indicios iniciales de chimeneas hidrotermales en el fondo marino. Detectó también trazas de hidrógeno, dióxido de carbono y metano, junto con señales de compuestos orgánicos como el metano. En la Tierra, los océanos con un cocktail de gases como éste sugerirían la presencia de microbios consumidores de hidrógeno y productores de metano. Pero extrapolar esta conclusión a Encélado, que tiene una geología y una química muy diferentes, requiere de un salto de fe muy poco científico. Se necesitaba, y se necesitan, más investigaciones.

Utilizando varias mezclas de gases mantenidas bajo rangos de temperatura y presiones en cámaras cerradas llamadas “biorreactores”, Rittmann y sus colaboradores cultivaron tres microorganismos pertenecientes a la rama más antigua del árbol de la vida en la Tierra, conocidos como arqueas, centrándose en los productores de metano. Intentaron simular las condiciones que podrían existir dentro y alrededor de las chimeneas termales de Encélado. Según sus pruebas, solo el microbio Methanothermococcus okinawensis podría vivir allí.

El argumento de Rittmann es una forma indirecta de explicar el metano que emana de la luna, pero las pruebas no son concluyentes ya que, por ejemplo, en la Tierra ciertas reacciones geoquímicas entre agua caliente y rocas bajo el mar pueden generar también cantidades importantes de metano sin la presencia de microbios.https://observatori.uv.es

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