La empresa de Elon Musk, Space X, ha lanzado el Falcon Heavy, un cohete que ha conseguido al menos un doble aterrizaje tras retornar del espacio. Su cápsula no regresará a la Tierra, sino que planea adentrarse en el espacio profundo hasta la órbita de Marte. Esta nave lleva en su interior un coche Tesla con un dummie con un traje espacial para la colonización del Planeta Rojo.
El 9 de noviembre de 1967 pasó a la historia de la carrera espacial por ser el día en el que se lanzó por primera vez (en pruebas) el cohete Saturno V, el más potente jamás fabricado por el ser humano, y que llevaría, en 1969, al hombre hasta la Luna. Hoy, 6 de febrero de 2018, el Falcon Heavy quiere emular aquella hazaña.
Ha pasado mucho tiempo y muchos hitos espaciales desde aquel 9 de noviembre y, sin embargo, no se había fabricado ningún otro cohete capaz de llevar al ser humano hasta nuestro planeta vecino, Marte. Ha tenido que ser el multimillonario, emprendedor, visionario, llámenlo como quieran, Elon Musk, y su compañía aeroespacial, Space X, quienes se hayan encargado de tal empresa.
El cohete Falcon Heavy
El reto no era sencillo: se trataba de probar el cohete más potente jamás fabricado, con potencia suficiente como para transportar 16,8 toneladas de carga útil a Marte o 3,5 toneladas en un imaginario viaje a Plutón. Tres núcleos derivados del Falcon 9 con nueve motores Merlin 1D cada uno han sido los encargados de propulsar el Falcon Heavy hasta la órbita de Marte.
La cápsula
Habitualmente, en las pruebas que se realizan con los nuevos cohetes, se carga la cápsula con bloques de cemento u hormigón para probar la carga que pueden llegar a transportar. En el caso de Falcon Heavy esto era “muy aburrido”, tal y como dijo Elon Musk.
Por ello, dentro de la cápsula del cohete fue un Tesla Roadster color rojo y propiedad del propio Musk, valorado en unos 215.000 euros. Conduciéndolo, un maniquí ataviado con un traje espacial que será el que Space X pruebe para las futuras misiones tripuladas a Marte. Y, como en todo buen viaje espacial, no puede faltar la música. En este caso sonó “Life on Mars” de David Bowie.
La misión
Aunque lo de poner un Tesla en la órbita de Marte pueda resultar lo más llamativo de esta misión, lo cierto es que el objetivo final es probar el cohete en sí mismo y cómo se podrían reutilizar todas sus partes para misiones futuras.
Por ello, quizás lo más interesante además del propio despegue fue ver cómo las dos primeras etapas del cohete se soltaban y aterrizaban de nuevo en las plataformas terrestres que Space X habilitó para ello. La primera vez en la historia de la compañía y de la carrera aeroespacial que se recuperan dos cohetes de propulsión al mismo tiempo. Y aún hay más.
Poco más tarde, la tercera etapa del cohete también se soltó, dejando únicamente a la cápsula camino a Marte. La idea era que este tercer cohete también fuera recuperado y amerizara en una plataforma marítima; sin embargo, la emisión de imágenes se cortó justo antes de que tocara la plataforma y por el momento no se ha sabido si la operación fue exitosa o no.http://www.lasexta.com
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