El telescopio XMM-Newton de la ESA ha detectado cambios sorprendentes en los potentes chorros de gas que escapan de dos estrellas masivas, lo que sugiere que los vientos estelares no se comportan según lo esperado.
Las estrellas masivas —varias veces más grandes que nuestro Sol— tienen una vida breve y turbulenta, durante la cual consumen con rapidez su combustible nuclear y expulsan grandes cantidades de material al exterior.
Estos intensos vientos estelares pueden transportar en un mes el equivalente a la masa terrestre y desplazarse millones de kilómetros por hora, por lo que cuando dos de ellos colisionan, liberan enormes cantidades de energía.
Debido al choque cósmico, el gas asciende a millones de grados, haciendo que brille en las observaciones en rayos X.
Los vientos en colisión normalmente cambian poco, porque no lo hacen ni las estrellas ni sus órbitas. Sin embargo, ciertas estrellas masivas muestran un comportamiento realmente extraordinario.
Este es el caso de HD 5980, un par de gigantescas estrellas, cada una con una masa sesenta veces mayor que la del Sol y separadas por tan solo 100 millones de kilómetros: más cerca de lo que nosotros estamos de nuestra estrella.
Una experimentó una importante explosión en 1994, similar a la erupción que convirtió a Eta Carinae en la segunda estrella más brillante del firmamento durante unos dieciocho años en el siglo XIX.
Aunque es demasiado tarde para estudiar la erupción histórica de Eta Caterinae, los astrónomos han estado observando HD 5980 con telescopios de rayos X para estudiar el gas caliente.
En 2007, Yaël Nazé, de la Universidad de Lieja (Bélgica), y sus colegas descubrieron la colisión de vientos de estas estrellas gracias a las observaciones realizadas entre 2000 y 2005 por los telescopios de rayos X XMM-Newton, de la ESA, y Chandra, de la NASA.
En 2016 volvieron a observarlos con XMM-Newton.
“Esperábamos que HD 5980 se fuera apagando con los años a medida que la estrella volvía a la normalidad pero, para nuestra sorpresa, ha hecho justo lo contrario”, señala Yaël.
El equipo descubrió que el par era 2,5 veces más brillante que una década antes y su emisión de rayos X era aún más energética.
“Nunca habíamos visto nada igual "http://www.esa.int/esl/ESA_in_your_country/Spain/Un_comportamiento_sorprendente_de_los_vientos_estelaresparecido en una colisión entre vientos”.
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