miércoles, 26 de julio de 2017
La vida evoluciona adaptándose a la microgravedad
Investigadores de la Universidad de Houston han empleado dos cepas casi idénticas de E. coli, una bacteria común que se halla en los intestinos de los animales, para realizar las pruebas. Una cepa, NCM520, fue cultivada en un matraz bajo condiciones normales de gravedad en la Tierra, mientras que la otra, MG1655, fue colocada en una cámara especial del Centro Espacial Johnson que simula condiciones de microgravedad. El instrumento HARV, que es suficientemente pequeño como para caber en la palma de la mano, gira despacio (aproximadamente a 25 revoluciones por minuto) sobre su costado, de modo que los microbios que crecen en el medio líquido de su interior se encuentran en caída libre.
Tras hacer crecer mil generaciones en el HARV – muchas más de las que se había alcanzado en experimentos anteriores con bacterias – la cepa MG1655 había superado en número a la cepa bajo gravedad NCM520, en un factor de tres a uno. Los investigadores concluyeron que el estrés de estar en un ambiente de microgravedad había instigado una adaptación que incrementó la competitividad de la cepa MG1655.https://observatori.uv.es
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