Esta imagen compuesta muestra uno de los cúmulos estelares estudiados, NGC 3293, de 11 millones de años de edad, situado a 8300 años luz de la Tierra, en nuestra galaxia, la Vía Láctea. La imagen muestra los rayos X detectados por Chandra (púrpura), datos en el infrarrojo del observatorio espacial Herschel de la ESA (rojo), datos en infrarrojo de longitud de onda más larga tomados por el telescopio espacial Spitzer de NASA (azul y blanco) y datos en el óptico captados por el telescopio de 2.2 metros MPG/ESO en el observatorio de ESO en La Silla (rojo, blanco y azul). Créditos: NASA/CXC/Penn State Univ./K. Getman et al.; infrarrojo: ESA/NASA JPL-Caltech/Herschel Space Observatory/JPL/IPAC; NASA JPL-Caltech/SSC/Spitzer Space Telescope; óptico: MPG/ESO/G. Beccari
Los astrónomos han realizado el estudio más extenso hasta la fecha de cómo son las estrellas magnéticamente activas cuando son jóvenes. Esto proporciona a los científicos una ventana para entender cómo los rayos X procedentes de estrellas como el Sol, pero miles de millones de años más jóvenes, podrían evaporar parcial o completamente las atmósferas de los planetas que tienen en órbita.
El equipo de astrónomos, dirigido por Konstantin Getman (Penn State University) ha estudiado una muestra de más de 6000 estrellas en 10 cúmulos abiertos distintos, con edades entre los 7 millones de los 25 millones de años.
Los resultados demuestran que el brillo en rayos X de estrellas similares al Sol jóvenes es aproximadamente constante durante los primeros millones de años de vida de la estrella, y luego empieza a decaer, cuando alcanza una edad comprendida entre los 7 millones y los 25 millones de años. Este declive se produce con mayor rapidez en el caso de estrellas más masivas.https://observatori.uv.es/chandra-observa-rayos-x-que-superan-los-limites-de-seguridad/
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