de Science@NASA
Si tienes un teléfono inteligente, sácalo y recorre con tus dedos la superficie de cristal. Es fría al tacto, increíblemente delgada y fuerte, y casi imposible de rayar. Estás en contacto con un "material inteligente".
Los materiales inteligentes no se forman de manera natural. Son diseñados por ingenieros humanos que trabajan a nivel molecular para producir sustancias para aplicaciones del futuro. El vidrio Gorilla Glass de Corning, que recubre las pantallas de muchos teléfonos inteligentes, es un gran ejemplo. Consigue su fortaleza, en parte, de iones de potasio "gordos" metidos dentro de espacios vacíos entre moléculas de cristal de toda la vida. Cuando el cristal fundido se enfría durante su procesado, las moléculas densamente apretadas solidifican creando una armadura transparente que proporciona al Gorilla Glass sus extraordinarias propiedades.
"Uno de los grandes retos al crear materiales inteligentes es ordenar las moléculas" comenta Eric Furst, de la Universidad de Delaware. "¡Son tan pequeñas!". Furst quiere crear una nueva clase de materiales, más que inteligentes. "Necesitamos 'materiales geniales' - materiales que se ordenen a sí mismos", afirma. La investigación para conseguir esto ya se lleva a cabo en la Estación Espacial Internacional.
Furst es el investigador principal de un experimento llamado InSPACE-3. En la microgravedad de la órbita de la Tierra, ampollas de líquido mezclado con partículas coloidales muy pequeñas (de una millonésima de metro de diámetro) son expuestas a campos magnéticos. El campo es encendido y apagado, haciendo que se entrechoquen y ensamblen ellas mismas formando estructuras microscópicas que actualmente ninguna supercomputadora puede predecir.
"Sólo con encender y apagar un campo magnético estamos aprendiendo cómo tomar cualquier tipo de ladrillos microscópicos y hacer que espontáneamente formen estructuras interesantes", continúa Furst.http://observatori.uv.es
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