domingo, 15 de diciembre de 2013

Españoles descubren el pimer planeta orbitando una estrella moribunda

Un equipo de investigadores, liderados por Jorge Lillo-Box y David Barrado, del Centro de Astrobiología (CSIC--INTA), han estudiado el sistema formado por una estrella gigante roja y su planeta (Kepler-91b), cuya órbita es extraordinariamente próxima a la estrella. La estrella, una gigante también denominada KOI-2133, se encuentra en proceso de expansión de sus capas externas y acabará devorando al planeta.

Según han explicado los expertos, durante cuatro años, el telescopio espacial Kepler ha estado obteniendo datos de multitud de estrellas candidatas a albergar planetas. Una de estas candidatas era KOI-2133, una estrella gigante roja de la cual este trabajo ha derivado propiedades físicas como la masa, el radio o la edad de manera precisa.


Este análisis ha requerido observaciones complementarias llevadas a cabo con el espectrógrafo CAFÉ (Calar Alto Fiber-fed Echelle spectrograph) y la cámara AstraLux (ambos instalados en el telescopio de 2,2 metros del Observatorio de Calar Alto. Además, el análisis minucioso de los datos de Kepler también ha permitido identificar pequeños cambios en su curva de luz, tanto disminuciones periódicas debidas a los eclipses que provoca el planeta, como modulaciones en la intensidad, lo cual verifica la presencia de un planeta, además de las provocadas por la sismicidad.

Para confirmar la existencia del planeta Kepler-91b se ha empleado el método de variaciones elipsoidales que consiste, básicamente, en la detección de la deformación de la superficie de la estrella por las fuerzas de marea ejercidas por el paso del planeta. Hasta la fecha solo se han detectado con este método unos quince planetas, ya que se necesitan unas determinadas condiciones muy específicas que pocas veces se dan para poder aplicarlo.

En cualquier caso, estos planetas orbitan alrededor de estrellas en una fase tranquila de su vida, con tamaños similares al Sol y sus planetas tienen asegurada una larga vida en ambientes estables. Sin embargo, el ambiente de Kepler-91b es totalmente distinto. La atmósfera planetaria del planeta parece inflada, probablemente debido a la intensa radiación estelar, ya que está tan sumamente cerca de su estrella. "Tarda solo 6,24 días en dar una vuelta a su alrededor", han apuntado los autores.

Es, por tanto, el planeta más cercano a una estrella gigante roja conocido, lo que lo convierte en el primer candidato a ser engullido por su estrella. Esto sucederá en un plazo inferior a 55 millones de años, un periodo de tiempo muy reducido a escalas astronómicas.

UN ENORME SOL OCUPANDO EL HORIZONTE

La cercanía del planeta y el gran tamaño de la estrella implican que un ocho por ciento de la bóveda celeste del planeta estaría ocupado por la visión rojiza de su estrella. Si se tiene en cuenta que, en el caso de la Tierra, el Sol o la Luna ocupan en la bóveda celeste un 0.0005 por ciento, uno se puede hacer una idea del panorama que podría verse en el cielo diurno de Kepler-91b: una inmensa bola roja ocupando una fracción muy significativa del cielo y una intensidad luminosa extraordinaria.

Otra particularidad es que, dada la arquitectura del sistema, una fracción de la parte de la cara nocturna del planeta está iluminada. Un fenómeno análogo al sol de medianoche en los polos de la Tierra, pero que ocurriría en cualquier región del planeta. De hecho, en el ecuador de este 'mundo' el día dura casi el doble que la noche, y en cualquier otra región aún más.http://www.europapress.es/ciencia/

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