Un grupo de astrónomos que integra la colaboración internacional Sloan Digital Sky Survey III (SDSS-III), en la que participa el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), acaba de publicar las características desconocidas, hasta ahora, de 60.000 estrellas de la Vía Láctea. Esta nueva serie de datos de acceso abierto, y libre descarga en internet, permitirán explorar la «parte oculta» de la galaxia y ayudará a entender cómo se formó.
Esta guía se ha elaborado gracias a los datos obtenidos a través de las observaciones del espectógrafo de alta resolución conocido como APOGEE, que observa la galaxia en el infrarrojo, una luz invisible al ojo humano pero capaz de penetrar el velo de polvo que oscurece el centro de la Vía Láctea.
Lejos de las luces de la ciudad, la Vía Láctea aparece como una banda luminosa que cruza el cielo cubierta por «cortinas oscuras». Esta banda es el disco y el bulbo o núcleo galáctico y las cortinas son el polvo que impide a los astrónomos ver todas las partes de la Galaxia.
Cuanto más cerca se encuentra una estrella del centro, una mayor parte de su luz es apagada por el polvo. Por este motivo, los estudios previos sobre las estrellas de la Vía Láctea han estado limitados por la capacidad de medir de forma consistente las estrellas de esta zona polvorienta.
«Se trata de la más completa colección de espectros de estrellas en el infrarrojo nunca realizada», ha explicado el director del proyecto, Steve Majewski, que ha apuntado que «el total de 60.000 estrellas analizadas suponen casi diez veces más que el número de espectros de alta resolución en el infrarrojo obtenidos hasta ahora por todos los telescopios del mundo».
Seleccionadas de todas las diferentes partes de la Galaxia, desde la periferia casi vacía hasta el centro envuelto en polvo, estos espectros «nos permitirán descorrer la cortina que cubre la parte oculta de la Vía Láctea», ha añadido.
El espectro de una estrella es una de las mejores herramientas para aprender sobre ella ya quue «nos habla de detalles clave, como la temperatura, el tamaño de la estrella y los elementos que se encuentran en su atmósfera. Es como si consiguiéramos las huellas dactilares de alguien en lugar de solo conocer su altura y su peso».
Para llegar a la meta fijada en el proyecto de analizar 100.000 estrellas en solo tres años, el instrumento APOGEE observa 300 estrellas distintas de forma simultánea, lo que agiliza en cientos de veces la velocidad de recolección de datos si se compara con los instrumentos habituales, que analizan las estrellas de una en una.
Esta ingente cantidad de datos no puede ser analizada con métodos convencionales. «Los métodos clásicos de análisis de espectros se basan en gran medida en el trabajo manual e interactivo de una persona», ha indicado el investigador del IAC Carlos Allende Prieto.
«No podíamos contar con cien investigadores durante tres años para hacer el trabajo en este caso, así que tuvimos que escribir programas para ordenador que se comportaran como humanos, e incluso nos superaran en esta particular tarea», ha explicado.
Las preguntas sobre cómo se formó la Vía Láctea han sido objeto de especulación científica y debate durante cientos de años. El mapa de todas las estrellas de la galaxia que pretende obtener el experimento APOGEE proporcionará información crucial para resolver cuestiones centrales sobre cómo se produjo este proceso a lo largo de miles de millones de años de historia.http://www.abc.es/ciencia
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