Representación artística del exoplaneta Kepler-452b |
Los astrónomos David Kipping y Alex Teachey de la Universidad de Columbia en Nueva York dijeron en julio de hace dos años, dijeron que un cuerpo orbitando el exoplaneta Kepler-1625b, ubicado a unos 8,000 años luz de la Tierra, podría ser el primer satélite fuera de nuestro vecindario estelar.
Luego, en 2018, ambos científicos se reafirmaron en sus afirmaciones. Kipping y Teachey utilizaron datos de los telescopios espaciales Kepler y Hubble para sugerir que una luna del tamaño de Neptuno podría estar orbitando este planeta gigante de gas, del mismo tamaño que Júpiter.
Un gigantesco exoplaneta aun invisible
Sin embargo, René Heller, del Instituto Max Planck (Alemania) y sus colegas, no están de acuerdo. Los astrónomos a menudo buscan exoplanetas observando un rastro en la luz de una estrella a medida que el planeta pasa por delante. En esos casos, una exoluna debería aparecer como una caída aún más pequeña. Heller dice que la caída atribuida a la luna de Kepler-1625b podría ser una anomalía estadística.
Una segunda pieza clave de evidencia es que el planeta cruzó su estrella 78 minutos antes de lo esperado, sugiriendo la existencia de una luna dando un impulso gravitacional. Sin embargo, para Heller, podría tratarse de un planeta aun invisible del tamaño de Jupiter orbitando más cerca de la estrella. "La exoluna podría estar allí, pero no es algo que pueda concluirse a partir de los datos", dice Heller a New Scientist.
Si tal planeta interior efectivamente existe, orbitaría en un ángulo y no atravesaría la estrella desde nuestro punto de vista, por lo que no lo habíamos visto hasta ahora. También estaría muy cerca de la estrella: aproximadamente el 3% de la distancia entre la Tierra y el sol. El plan de Heller es buscar oscilaciones inducidas gravitacionalmente en la posición de la estrella que puedan sugerir la presencia de tal planeta. Si no está allí, entonces la hipótesis de la exoluna cobraría fuerza.
"Este nuevo estudio concuerda con nuestra propia conclusión de que los datos actuales no deben interpretarse como una detección segura de una exoluna en este momento", dice Kipping. Él piensa que un planeta invisible no puede explicar la caída de la luna, pero espera que las observaciones de seguimiento aclaren las cosas.
La búsqueda de planetas y demás cuerpos espaciales en los sistemas estelares lejanos tiene un nuevo aliado desde hace un año. En abril del 2018, NASA lanzó el telescopio espacial TESS a bordo de un cohete Falcon 9 de Spacex. El emocionante buscador de mundos ya envió su primera foto.https://nmas1.org
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