Las regiones oscuras y sombrías de la Luna fascinan a los astrónomos. El eje de rotación de nuestro satélite tiene una inclinación de 1,5º, lo que significa que algunas partes de las regiones polares nunca ven la luz del sol: los fondos de ciertos cráteres, por ejemplo, están siempre en la sombra.
Fotografiado durante el verano en el hemisferio sur de la Luna por el Advanced Moon Imaging Experiment a bordo de la nave espacial SMART-1 de la ESA, este mosaico divulgado ahora muestra una región plagada de cráteres que atraviesa el polo sur lunar. Se compone de alrededor de 40 imágenes individuales tomadas entre diciembre de 2005 y marzo de 2006, y cubre un área de aproximadamente 500 x 150 kilómetros
Los cráteres visibles aquí son (de derecha a izquierda, empezando por el más grande de forma redonda visible en el encuadre ) el Amundsen, Faustini, Shoemaker, Shackleton y De Gerlache
Amundsen es el más grande del grupo, con 105 km de diámetro , seguido de Zapatero (50 km), Faustini (39 km), De Gerlache (32 km) y Shackleton (19 km). Este grupo de cráteres parece diferente, se ven diferentes niveles de luz solar y muestran una serie de propiedades interesantes.
El cráter Shackleton, el pequeño círculo visible a la izquierda del centro, contiene el polo sur dentro de su aro. Mediante el uso de imágenes de la SMART-1 para explorar el número de pequeños cráteres de impacto esparcidos sobre la superficie lisa y oscura alrededor de Shackleton, los científicos han encontrado que este cráter es más antiguo que el sitio de alunizaje del Apolo 15 (3.300 millones de años), pero más joven que el del Apolo 14 (3.850 millones de años).
El cráter Shoemaker, visible arriba a la izquierda del centro, es notable por la misión Lunar Prospector de 1999, que deliberadamente se estrelló contra el cráter en un intento de crear una nube de vapor de agua detectable calentando el hielo de agua que pueda haber estado presente. No hubo vapores. Sin embargo , no todo está perdido ; algunas regiones en sombra permanente han estado en la oscuridad durante millones de años, y todavía es posible que puedan contener hielo de agua depositado por cometas y asteroides ricos en agua.
El estudio de las oscuras profundidades de estos cráteres podría hablarnos no sólo sobre la historia de la Luna, sino también sobre la Tierra, que nos ayuda a comprender mejor cómo y cuánta agua y material orgánico pueden haber sido transferidos desde la Luna a la Tierra. http://www.europapress.es/ciencia/
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