Otra noche estrellada en el Llano de Chajnantor, en los Andes chilenos. La Luna en cuarto creciente resplandece brillante en esta exposición, iluminando los objetos celestes de su alrededor. Sin embargo, para radiotelescopios como APEX (Atacama Pathfinder Experiment), el cual podemos ver en la imagen, el brillo de la Luna no resulta un problema para llevar a cabo sus observaciones. De hecho, dado que el propio Sol no brilla en exceso en longitudes de onda de radio, y puesto que estas longitudes de onda no iluminan el cielo de la misma forma, este telescopio incluso puede utilizarse durante el día, siempre y cuando no se apunte directamente hacia el Sol.
APEX es un telescopio de 12 metros de diámetro que observa luz en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas. Los astrónomos que observan con APEX pueden ver fenómenos que serían invisibles en longitudes de onda más cortas de los rangos visible o infrarrojo. Por ejemplo, APEX puede penetrar en densas nubes interestelares de gas y polvo cósmico, revelando regiones ocultas en las que tienen lugar procesos de formación estelar que brillan en esas longitudes de onda, pero que son oscurecidas en luz visible e infrarroja. Algunas de las galaxias más tempranas y distantes también son objetivos ideales para APEX. Debido a la expansión del Universo a lo largo de miles de millones de años, su luz ha sido desplazada al rojo, hacia los rangos milimétricos y submilimétricos en los que observa APEX.
APEX es una colaboración entre el Instituto Max Planck de Radioastronomía (MPIfR), el Observatorio Espacial de Onsala (OSO por sus siglas en inglés) y ESO. Las operaciones de APEX en Chajnantor están a cargo de ESO.
Esta impresionante fotografía fue captada por el Fotógrafo embajador de ESO Babak Tafreshi. Forma parte de una imagen panorámica de mayor tamaño, que también está disponible en otros formatos.http://www.eso.org
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