Un grupo de geólogos inspecciona un afloramiento cerca del lugar donde se recogieron las muestras, en Nuevo México. Crédito: Gunther Kletetschka.
Un investigador de la Universidad de Alaska ha descubierto un método para detectar y definir mejor los lugares de impacto de meteoritos que perdieron hace mucho tiempo sus cráteres. El descubrimientos puede suponer un avance en el estudio, no solo de la geología de la Tierra, sino también la de otros cuerpos de nuestro Sistema Solar.
La clave, según el profesor Gunther Kletetschka , se encuentra en el nivel muy reducido de la magnetización natural remanente de la roca que se ha visto sometida a las intensas fuerzas de un meteoro a medida que se acerca y luego choca contra la superficie. Las rocas no alteradas por los hombres o por fuerzas ajenas a la Tierra poseen entre un 2% y un 3% de magnetización remanente natural, lo que significa que contienen esa cantidad de granos minerales magnéticos – habitualmente magnética o hematita o ambos. Kletetschka descubrió que algunas muestras recogidas en la estructura de impacto de Santa Fe en Nuevo México contenían menos de un 0.1% de magnetismo.
Kletetschka determinó que el plasma creado en el momento del impacto y un cambio en el comportamiento de los electrones en los átomos de las rocas son las razones de este magnetismo mínimo.https://observatori.uv.es/revelan-la-causa-de-la-perdida-de-magnetismo-en-el-lugar-donde-cayo-un-meteorito/
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