Las condiciones de la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) no conducen a mutaciones potencialmente peligrosas -incluidas aquellas que causan resistencia a los antibióticos- de las bacterias que viven allí. Los científicos estadounidenses creen que las bacterias solo está tratando de adaptarse a las duras condiciones de vida. Un artículo sobre el estudio fue publicado en la revista mSystems.
Las bacterias entran constantemente a la ISS a través de la carga y la tripulación, por lo que en la estación se pueden encontrar miles de cepas diferentes, que los científicos monitorean constantemente. Las bacterias también viven en el lado exterior de la estación: una vez el cosmonauta Antón Shkaplerov dijo en una entrevista que encontraron bacterias en la superficie exterior de la EEI, que "provenían de algún lugar del espacio y se asentaban en el lado exterior de la cubierta".
Unas bacterias muy cercanas a nosotros
Erica Hartmann de la Universidad de Northwestern y sus colegas compararon los genomas de Staphylococcus aureus (bacterias que viven en la piel humana) y la bacteria del suelo Bacillus cereus, dos de las cepas típicas de la ISS, con los genomas de sus "parientes" terrestres en condiciones artificiales como hospitales y ambientes cotidianos. Los autores enfatizan que Staphylococcus aureus y Bacillus cereus son muy diferentes entre sí: en particular, el primero a menudo causa infecciones hospitalarias y el último ocasionalmente causa intoxicación alimentaria e infecciones en pacientes con un sistema inmunitario debilitado.
Hartmann quería comprender si un entorno confinado específico característico de los vuelos espaciales, incluidos los vuelos hipotéticos al espacio profundo, podría llevar a la selección de las cepas más peligrosas para los humanos y la acumulación de mutaciones peligrosas. Entre las condiciones significativas de dicho entorno, los autores del artículo señalan la escasez de nutrientes y humedad, un aumento de la concentración de CO2, la microgravedad y la radiación cósmica.
Para comprender si las bacterias están especialmente adaptadas a la vida en la EEI, los investigadores estudiaron 189 genomas de la base de datos GenBank del Centro Nacional de Información Biotecnológica de EEUU.
No son más virulentas
El grupo de Hartmann halló que las mutaciones de las bacterias en la estación y sus cepas características no presentan resistencia a los antibióticos ni mayor virulencia, lo cual es típico, por ejemplo, de las condiciones hospitalarias. Las bacterias en la EEI se adaptan a sus condiciones, pero, aparentemente, solo reaccionan al ambiente que es extremo para ellas. Las muestras de la EEI han mejorado sus funciones de biosíntesis, catabolismo y metabolismo en general, así como la reacción al estrés.
Los autores del estudio enfatizan que en varias simulaciones de condiciones de vuelo espacial y gravedad cero, las bacterias, entre ellas Staphylococcus aureus y Bacillus cereus, se volvieron más resistentes a los antibióticos y más virulentas, lo que, en su opinión, puede significar que no todos los cambios característicos de las bacterias en la EEI se pueden reflejar en su genoma. Por lo tanto, los científicos proponen realizar investigaciones adicionales.
Anteriormente, los expertos de la NASA encontraron cepas de Enterobacter bugandensis con genes de resistencia a los antibióticos en muestras tomadas en marzo de 2015 en el inodoro y en el área de entrenamiento en la Estación Espacial Internacional.https://nmas1.org/news/2019/01/09/bacterias-espacio
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