En 2016, se anunció que se había encontrado indicios de un noveno planeta orbitando alrededor de nuestro Sol, escondido en la parte exterior del Sistema Solar. Las pistas eran las extrañas órbitas que presentaban algunos objetos en los confines más lejanos de nuestro vecindario. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Astronomical Journal, afirma que dicho misterio no está causado por el Planeta Nueve, sino que puede explicarse por la fuerza gravitacional combinada de pequeños objetos que orbitan el Sol más allá de Neptuno.
Allí se encuentra el Cinturón de Kuiper, formado por pequeños cuerpos que quedan de la formación de nuestro sistema. Los planetas gigantes influyen gravitacionalmente sobre los objetos en el Cinturón de Kuiper y más allá, conocidos colectivamente como Objetos Trans-Neptunianos (TNO).
Disco masivo
Pero desde 2003, se han detectado alrededor de 30 TNO en órbitas que no se explican por la arquitectura existente del sistema de ocho planetas, lo que ha llevado a algunos astrónomos a suponer que las órbitas inusuales podrían verse influidas por la existencia de un noveno planeta aún desconocido, unas diez veces más masivo que la Tierra, al acecho en los confines del Sistema Solar.
Pero ahora, la explicación alternativa a la llamada hipótesis del Planeta Nueve, presentada por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y la Universidad Americana de Beirut (Líbano), propone un disco formado por pequeños cuerpos helados con una masa combinada de hasta diez veces la de Tierra.
Cuando se combina con un modelo simplificado del Sistema Solar, las fuerzas gravitacionales del disco hipotético pueden explicar la arquitectura orbital inusual que exhiben algunos objetos. Si bien la nueva teoría no es la primera en proponer que las fuerzas gravitacionales de un disco masivo hecho de pequeños objetos podrían evitar la necesidad de un noveno planeta, es la primera teoría que puede explicar las características significativas de las órbitas observadas.
Multitud de pequeños objetos
Los científicos modelaron la dinámica espacial completa de las TNO con la acción combinada de los planetas exteriores gigantes y un disco masivo extendido más allá de Neptuno. Los cálculos revelaron que un modelo de este tipo puede explicar las desconcertantes órbitas agrupadas en el espacio de algunas TNO. En el proceso, pudieron identificar los rangos en la masa del disco, su "redondez" (o excentricidad) y los cambios graduales forzados en sus orientaciones (o tasa de precesión), que reproducían fielmente las órbitas extremas de la TNO.
"Si elimina el noveno planeta del modelo y en cambio permite que haya muchos objetos pequeños dispersos en un área amplia, las atracciones colectivas entre esos objetos podrían explicar las órbitas excéntricas que vemos en algunas TNO", dicen los autores.
Los intentos anteriores de estimar la masa total de objetos más allá de Neptuno solo han sumado alrededor de una décima parte de la masa de la Tierra. Sin embargo, para que las TNO tengan las órbitas observadas y para que no haya un Planeta Nueve, el modelo presentado requiere que la masa combinada del Cinturón de Kuiper esté entre unas diez y diez veces la masa de la Tierra. "También es posible que ambas cosas puedan ser ciertas, podría haber un disco masivo y un noveno planeta. Con el descubrimiento de cada nueva TNO, reunimos más evidencia que podría ayudar a explicar su comportamiento", concluyen los invesigadores.
Hace unos meses, sin embargo, Konstantin Batygin, un astrofísico teórico del Instituto de Tecnología de California (Caltech, EE.UU.) y uno de los principales 'buscadores' del hipotético nuevo mundo del sistema solar, afirmaba que la evidencia de un gran mundo invisible en el extremo exterior del Sistema Solar es superior al 90%. ¿Cuál de las dos teorías estará más cerca de desentrañar la verdad?
https://nmas1.org/news/2019/01/22/planeta9-alternativa-ciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario