martes, 19 de diciembre de 2017

Las fusiones de estrellas: un nuevo test de las teorías de la gravedad y de la energía oscura

Representación artística de la fusión de dos estrellas de neutrones. La cuadrícula del espacio-tiempo ondulada representa las ondas gravitacionales expulsadas por el choque y los haces estrechos muestran la emisión de rayos gamma lanzados sólo unos segundos después que las ondas gravitacionales. Crédito: NSF/LIGO/Sonoma State University/A. Simonnet.
Cuando los científicos registraron unas ondulaciones en el espacio-tiempo seguidas dos segundos más tarde por un estallido de luz que fue observado por docenas de telescopios de todo el globo, habían sido testigos, por primera vez, de la colisión explosiva y la fusión de dos estrellas de neutrones. Este intenso fenómeno cosmológico fue observado el 17 de agosto y tuvo otras repercusiones en la Tierra: refutaba una clase de teorías de la energía oscura que modifican la gravedad y puso en duda otra gran clase de teorías.

La fusión de las estrellas de neutrones creó ondas gravitacionales – una distorsión ondulada en el tejido del espacio y el tiempo, como una piedra lanzada en un estanque crea ondas en él – que viajaron 130 millones de años-uz por el espacio y llegaron a la Tierra casi al mismo tiempo que la luz de alta energía emitida por esta fusión. Este llegada casi simultánea es un test muy importante para las teorías sobre la energía oscura y la gravedad.



“Nuestros resultados suponen un progreso importante para elucidar la naturaleza de la energía oscura”, explica Miguel Zumalacárregui (Berkeley Lab). “Las teorías más simples han sobrevivido”, comenta. “Lo importante realmente es la coincidencia temporal”.

La teoría centenaria de la “constante cosmológica” introducida por Albert Einstein en relación con su trabajo en relatividad general y otras teorías derivadas de este modelo, siguen siendo contendientes viables, porque proponen que la energía oscura es una constante tanto en el espacio como en el tiempo: las ondas gravitacionales y las ondas de luz están afectadas del mismo modo por la energía oscura y, por tanto, viajan a la misma velocidad por el espacio.

“La explicación favorita es esta constante cosmológica”, explica Zumalacárregui. “Es tan sencillo como eso”. Otras teorías, que mantenían que la llegada de las ondas gravitacionales estaría separada temporalmente de la llegada de la señal luminosa de la fusión por periodos mucho más largos (hasta de millones de años) no explican lo que se vio y por tanto deben de ser modificadas o descartadas.
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