Si pudieras volar en la nave espacial Dawn de NASA, verías la superficie del planeta enano Ceres bastante oscura en general, pero con excepciones notables. Estas excepciones son los cientos de áreas brillantes que destacan en las imágenes que Dawn ha enviado. Ahora los científicos tienen una mejor idea de cómo se forman estas áreas reflectantes y de cómo cambian con el paso del tiempo, procesos indicativos de un mundo activo y en evolución.
“Las misteriosas manchas brillantes de Ceres, que han cautivado tanto al equipo científico de Dawn como al púbico, revelan pruebas del antiguo océano subterráneo de Ceres e indican que, lejos de ser un mundo muerto, Ceres es sorprendentemente activo. Los procesos geológicos que crearon estas áreas brillantes pueden todavía estar cambiando el aspecto de Ceres en la actualidad”, explica Carol Raymond (JPL).
El primer grupo de manchas brillantes contiene el material más reflectante de Ceres, que se halla en el fondo de cráteres. El ejemplo más icónico es el del cráter Occator, que alberga dos prominentes zonas brillantes. Todo este material brillante del cráter está compuesto por material rico en sales, que en el pasado estuvo mezclado con agua. En la segunda categoría, más común, se encuentra el material brillante hallado en los bordes de los cráteres, que baja hacia su interior. Posiblemente se trata de material brillante que se encontraba en el subsuelo y quedó al descubierto por un impacto, o que se formó en un impacto anterior.
Hace cientos de millones de años, el material brillante estaba mezclado con el material oscuro que forma el grueso de la superficie de Ceres, así como de escombros expulsados durante impactos. “Las investigaciones anteriores han demostrado que el material brillante está compuesto por sales y pensamos que la actividad de un fluido subterráneo lo transportó a la superficie, formando algunas de las manchas brillantes”, explica Nathan Stein (Caltech).https://observatori.uv.es/
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