Científicos franceses han logrado observar y comprender la débil señal de una perturbación gravitacional instantánea que se produce después de un terremoto, previa a lo registrado por los sismómetros.
Debido a que son sensibles a la magnitud de los terremotos, estas señales pueden jugar un papel importante en la identificación temprana de la ocurrencia de un gran terremoto, según el estudio publicado en Science.
Este trabajo surgió de la interacción entre los sismólogos que querían comprender mejor los terremotos y los físicos que estaban desarrollando mediciones detalladas de la gravedad con el fin de detectar las ondas gravitacionales, informa el CNRS, organismo oficial de investigación francés.
Los terremotos cambian brutalmente el equilibrio de las fuerzas en la Tierra y emiten ondas sísmicas cuyas consecuencias pueden ser devastadoras. Pero estas mismas ondas también perturban el campo de gravedad de la Tierra, que produce una señal diferente. Esto es particularmente interesante con vistas a una rápida cuantificación de los temblores, ya que se mueve a la velocidad de la luz, a diferencia de las ondas de temblor, que se propagan a velocidades de entre tres y 10 km / s., de modo que los sismómetros en una estación ubicada a 1000 km del epicentro pueden detectar esta señal más de dos minutos antes de que lleguen las ondas sísmicas.
La nueva investigación demostró esta señal por primera vez. Primero, los científicos observaron estas señales en los datos de aproximadamente 10 sismómetros ubicados entre 500 y 3.000 km del epicentro del terremoto japonés de 2011 (magnitud 9,1). A partir de sus observaciones, los investigadores demostraron que estas señales se debían a dos efectos. El primero es el cambio de gravedad que ocurre en la ubicación del sismómetro, que cambia la posición de equilibrio de la masa del instrumento. El segundo efecto, que es indirecto, se debe al cambio de gravedad en todas partes de la Tierra, que perturba el equilibrio de las fuerzas y produce nuevas ondas sísmicas que alcanzarán el sismómetro.
Teniendo en cuenta estos dos efectos, los investigadores han demostrado que esta señal relacionada con la gravedad es muy sensible a la magnitud del terremoto, lo que lo convierte en un buen candidato para cuantificar rápidamente la magnitud de los fuertes terremotos.
El desafío futuro es explotar esta señal para magnitudes inferiores a entre 8 y 8,5, porque por debajo de este umbral, la señal es demasiado débil en relación con el ruido sísmico emitido naturalmente por la Tierra, y la disociación de este ruido es complicada. Por lo tanto, los investigadores planean probar varias tecnologías, incluidas algunas inspiradas en instrumentos desarrollados para detectar ondas gravitacionales. https://www.eluniverso.com
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