Un nuevo estudio de la NASA ha echado otro balde de agua fría sobre las esperanzas de descubrir vida en el exoplaneta más cercano jamás descubierto: Próxima b, que orbita la zona habitable de la enana roja Próxima Centauri.
A sólo cuatro años luz de distancia, Próxima b es nuestro vecino extrasolar más conocido. Sin embargo, debido al hecho de que no se le ha visto cruzar frente a su estrella anfitriona, el exoplaneta elude el método habitual para aprender sobre su atmósfera. En su lugar, los científicos deben confiar en modelos para entender si el exoplaneta es habitable. Uno de estos modelos computarizados consideró lo que ocurriría si la Tierra orbitara Próxima Centauri en la misma órbita que Proxima b. El estudio de la NASA, publicado en The Astrophysical Journal Letters, sugiere que la atmósfera de la Tierra no sobreviviría en las proximidades de la violenta enana roja. El hecho de que la órbita de Próxima b esté en la zona habitable, que es la distancia de su estrella de acogida donde el agua podría estar en la superficie de un planeta, no significa que sea habitable. No toma en cuenta, por ejemplo, si el agua realmente existe en el planeta, o si una atmósfera podría sobrevivir en esa órbita. Las atmósferas son también esenciales para la vida tal como la conocemos: tener la atmósfera adecuada permite la regulación climática, el mantenimiento de una presión superficial que sea amigable con el agua, la protección contra el tiempo espacial y la presencia de los componentes químicos de la vida.
Katherine Garcia-Sage, una científica espacial en el Goddard Space Flight Center de la NASA, y su equipo, utilizaron modelos de la atmósfera terrestre, el campo magnético y la gravedad como representantes para Próxima b. También calcularon la cantidad de radiación que Próxima Centauri produce en promedio. Con estos datos, el modelo simuló cómo la radiación intensa de la estrella anfitriona y las eyecciones frecuentes afectan a la atmósfera del exoplaneta. «La pregunta es, ¿cuánto de la atmósfera se pierde, y con qué rapidez se produce ese proceso?», dijo Ofer Cohen, un científico espacial de la Universidad de Massachusetts y co-autor del estudio. «Si calculamos ese tiempo, podemos calcular cuánto tiempo tarda la atmósfera en escapar completamente —y compararlo con la vida del planeta—». Una estrella enana roja activa como Próxima Centauri despoja la atmósfera cuando la radiación ultravioleta extrema de alta energía ioniza los gases atmosféricos, eliminando electrones y produciendo una franja de partículas cargadas eléctricamente. En este proceso, los electrones recién formados ganan suficiente energía para poder escapar fácilmente de la gravedad del planeta y salir de la atmósfera.
Las cargas opuestas se atraen, así como los electrones más cargados negativamente salen de la atmósfera, y crean una poderosa separación de carga que extrae los iones cargados positivamente junto con ellos, hacia el espacio. En la zona habitable de Próxima Centauri, Próxima b encuentra brotes de radiación ultravioleta extrema cientos de veces mayor que la Tierra desde el Sol. Esa radiación genera suficiente energía para desprender no sólo las moléculas más ligeras —hidrógeno— sino también, con el tiempo, elementos más pesados como el oxígeno y el nitrógeno. El modelo muestra que la poderosa radiación de Próxima Centauri drena la atmósfera similar a la Tierra hasta 10.000 veces más rápido que lo que sucede en la Tierra. «Las cosas se pueden volver interesantes si un exoplaneta es capaz de retener su atmósfera, pero el ritmo al que Próxima b pierde su atmósfera es tan alto que su habitabilidad es improbable», agrega el astrofísico Jeremy Drake, otro de los coautores del estudio. «Esto pone en tela de juicio la habitabilidad de planetas alrededor de este tipo de enanas rojas» Enanas rojas como Próxima Centauri o TRAPPIST-1 son a menudo el blanco preferido para la cacería de exoplanetas, debido a que son las más frías, pequeñas y comunes estrellas en la galaxia. Debido a estas características, los planetas habitables deben mantener una órbita cercana para ser capaces de tener agua líquida. Sin embargo, a menos que la pérdida atmosférica sea contrarrestada por otros procesos —como actividad volcánica masiva o un bombardeo de cometas—, la proximidad de los planetas a las enanas rojas no garantiza precisamente la supervivencia de la atmósfera.http://mysteryplanet.com.ar
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