jueves, 2 de julio de 2015
Sumideros en el cometa generan chorros
Rosetta ha monitorizado la actividad del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko durante más de un año, observando cómo crece su halo de polvo y gas a medida que el cometa se acerca al Sol siguiendo su órbita.
Desde una distancia de unos pocos cientos de kilómetros, Rosetta observa un intrincado patrón de chorros de polvo expulsados desde el núcleo mientras escapan al espacio. Pero ahora, gracias a las imágenes de alta resolución de la cámara OSIRIS desde distancias de sólo 10-30 km al centro del cometa tomadas el año pasado, por lo menos parte de estos chorros de polvo pueden ser asociados con posiciones específicas sobre la superficie, siendo la primera vez que se observa esto.
En un estudio publicado hoy en la revista científica Nature se identifican 18 fosas casi circulares en el hemisferio norte del cometa, algunas de las cuales son origen de actividad continua. Las fosas tienen entre decenas y cientos de metros de diámetro y se extienden hasta 210 m por debajo de la superficie, con un fondo suave cubierto de polvo. De las fosas más activas se ve material saliendo.
"Vemos chorros apareciendo de las áreas con fracturas de las paredes del interior de las fosas. Estas fracturas indican que las sustancias volátiles atrapadas bajo la superficie pueden ser calentadas con más facilidad y pueden escapar posteriormente al espacio", comenta Jean-Baptiste Vincent del Max Planck Institute for Solar System Research, director del estudio.http://observatori.uv.es/
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