martes, 14 de julio de 2015

La onda de un lejano agujero negro se dobla como un látigo gigante

Este dibujo muestra cómo las ondas magnéticas, llamadas ondas S de Alfvén, se propagan hacia afuera desde la base de los chorros de un agujero negro. El chorro es un flujo de partículas cargadas llamado plasma, que es lanzado por un agujero negro. El chorro posee un campo magnético helicoidal (muelle amarillo) que permea el plasma. Las ondas viajan a lo largo del chorro, en la dirección del flujo de plasma, pero a una velocidad determinada por las propiedades magnéticas del chorro y la velocidad del flujo de plasma. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Las ondas magnéticas rápidas que emanan de un lejano agujero negro oscilan como un látigo cuyo mango está siendo agitado por una mano gigantesca, según un nuevo estudio que utiliza datos del conjunto de radiotelescopios Very Long Baseline Array. Los científicos emplearon este instrumento para explorar el sistema galaxia/agujero negro conocido como BL Lacertae (BL Lac) en alta resolución.

"Las ondas son excitadas por un movimiento de agitación del chorro en su base", afirma David Meier del Jet Propulsion Laboratory y del California Institute of Technology. Este descubrimiento constituye la primera vez que las llamadas ondas de Alfven han sido identificadas en un sistema con un agujero negro.


Las ondas de Alfven se generan cuando las líneas del campo magnético, como las que proceden del Sol o de un disco alrededor de un agujero negro, interactúan con partículas cargadas eléctricamente, o iones, y se doblan adoptando una forma helicoidal. En el caso de BL Lac los iones se encuentran en chorros de partículas que escapan de extremos opuestos del agujero negro a casi la velocidad de la luz. La propagación de las ondas de Alfven a lo largo de las líneas del campo magnético hacen que estas líneas (y las partículas de los chorros contenidas en ellas) también se muevan.

Es común que las partículas de los chorros de agujeros negros se desvíen, y algunas incluso oscilen adelante y atrás. Pero esos movimiento se producen típicamente en escalas de tiempo de miles o de millones de años. "Lo que observamos está ocurriendo en escalas de tiempo de semanas", comenta Marshall Cohen de Caltech. "Estamos tomando imágenes una vez al mes y la posición de las ondas es diferente cada mes". "Analizar estas ondas nos permite determinar las propiedades internas del chorro, y esto nos ayudará en último término a comprender cómo se producen los chorros en los agujeros negros", comenta Meier.http://observatori.uv.es/

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