sábado, 18 de julio de 2015
Rosetta se prepara para el perihelio
Rosetta ha estado estudiando el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko durante más de un año ya, con observaciones que empezaron durante su acercamiento al cometa en marzo de 2014.
Se sabe que los cometas están compuestos por polvo y hielos congelados. A medida que estos hielos se calientan por la acción del Sol, se convierten directamente en vapor, con los gases que arrastran el polvo del cometa junto con él. Unidos, el gas y el polvo crean una atmósfera borrosa, o coma, y a menudo espectaculares colas que se extienden decenas o cientos de miles de kilómetros por el espacio.
Aunque las observaciones desde Tierra pueden monitorizar el desarrollo de la coma y la cola desde lejos, Rosetta tiene asiento de primera fila para estudiar el origen de esta actividad directamente desde el núcleo. Uno de los aspectos importantes del estudio a largo plazo de Rosetta es observar cómo crece y disminuye la actividad del cometa a lo largo de su órbita.
Mientras, la sonda que aterrizó sobre el cometa, Philae, estableció contacto la semana pasada por octava vez desde que salió de la hibernación el 13 de junio. La comunicación fue la más larga de todas hasta ahora, durante 12 minutos ininterrumpidos, lo que permitió descargar datos muy importantes obtenidos durante el estudio que Philae está realizando de este mundo. Esto ha provocado bastante optimismo entre el equipo de control pues podría permitirles en el futuro enviar datos a la sonda para que cambie de posición o inicie una perforación del subsuelo para examinarlo.http://observatori.uv.es/
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