lunes, 29 de diciembre de 2014

Venus pudo albergar océanos de CO2 en superficie

La vida es un fenómeno muy frágil. Para que haya microbios, animales e incluso gentes que leen y escriben, han tenido que darse infinidad de condiciones especiales en la Tierra. Venus, con un tamaño, masa, densidad, órbita y composición química muy similares, llegó hasta la gran final, pero algo se torció y, finalmente, se quedó sin el título.

Lanzada en noviembre de 2005, la sonda europea 'Venus Express' ha enviado multitud de datos desde la órbita de nuestro planeta más cercano. Los científicos encargados del proyecto acaban de presentar los resultados, que muestran que este mundo pudo llegar a albergar océanos. Sus muchos parecidos con la Tierra pueden ayudarnos a comprender mejor nuestra propia atmósfera.


"El clima extremo de la superficie de Venus, provocado por su exceso de CO2, nos recuerda acuciantes problemas causados por leyes físicas similares en la Tierra, señalan el investigador de la Agencia Espacial Europea (ESA) Hakan Svedhem y sus colegas en un artículo que repasa los resultados de la sonda, y que es uno de los nueve que ha dedicado al tema la revista 'Nature'.

Aunque Venus y la Tierra tienen cantidades similares de dióxido de carbono, en la Tierra una gran parte se encuentra en forma sólida o atrapada en los océanos, pero en Venus qued a toda en la atmósfera, lo que provoca un efecto invernadero.

Entre los investigadores que intervienen en la misión espacial se encuentran los equipos de Agustín Sánchez-Lavega, de la Universidad del País Vasco, y de Miguel A. López, del Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada.

Los investigadores españoles han participado en las observaciones y análisis realizados con el instrumento VIRTIS, una cámara espectral que toma imágenes en luz visible e infrarroja, a la vez que obtiene espectros de alta resolución. El objetivo es el estudio en detalle de la atmósfera del planeta, su meteorología, sus extrañas nubes de ácido sulfúrico y la evolución de su clima.

Sánchez-Lavega explicó que el fenómeno "espectacular" del polo sur de Venus favorecerá el estudio de la formación de vórtices en otros planteas, así como su velocidad, temperatura y estabilidad.

Consideró que Venus "representa un laboratorio natural" para contrastar los modelos que explican el clima y la meteorología terrestre, según informa Efe.

Además, el investigador vasco confió en que un mayor conocimiento del dipolo de Venus sirva para predecir la evolución a largo plazo del vórtice que en la Tierra "confina los compuestos químicos que la actividad humana arroja a la atmósfera y que destruyen el ozono".http://www.elmundo.es/

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