Han conseguido que este complicado sistema de gas sea visible aplicando técnicas de visión artificial a datos del sondeo THOR, consiguiendo la imagen más detallada de la distribución del hidrógeno atómico en la parte interior de la Vía Láctea hasta la fecha.
Los científicos analizaron las orientaciones de los filamentos con relación al disco de la Vía Láctea usando métodos estadísticos y simulaciones. Han deducido que la estructura conservó la huella de procesos dinámicos históricos inducidos por la rotación del disco galáctico y la retroalimentación de explosiones antiguas de supernovas.
«Como en la masa de la pizza que gira, esperábamos que la mayoría de los filamentos serían paralelos al plano y estirados por efecto de la rotación. Pero cuando encontramos muchos filamentos verticales alrededor de regiones conocidas por su alta tasa de formación de estrellas, supimos que habíamos encontrado algo. Algunos procesos debían de haber estado expulsando material fuera del plano galáctico», explica Soler. Las estrellas con masas altas (más de ocho veces la masa del Sol) inyectan grandes cantidades de energía en sus alrededores a través de vientos, radiación ionizante y, al final de sus vidas, a través de explosiones de supernova.https://observatori.uv.es/el-registro-arqueologico-de-la-via-lactea-esta-escrito-por-el-hidrogeno-atomico/
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