La NASA expuso a un nivel de "alto riesgo" al astronauta italiano Luca Parmitano, después de que éste sufriera una fuga de agua en su casco durante un paseo espacial, ya que tardó hasta 23 minutos en ponerlo a salvo, según detalla el informe sobre el suceso hecho público por la agencia espacial estadounidense.
El informe de 222 páginas apunta, además, que no se trataba de la primera fuga que presentaba este traje, sino que ya goteaba en la caminata espacial que tuvo lugar seis días antes. Sin embargo, en ese caso, no fue detectada en el momento.
Tras la primera caminata, el 9 de julio, Parmitano informó que su casco contenía entre 0,5 y 1 litro de agua en su interior y los controladores en Tierra creyeron que el líquido se había colado en la esclusa de aire. "Además Parmitano estaba mirando hacia abajo y se inclina hacia adelante en su actividad, así que los controladores pensaron que había presionado la bolsa de bebida con el pecho y podría haber aplastado la válvula de mordida abierta que está en la barbilla, liberando agua en el casco", indica el documento.
Así, el equipo en tierra aceptó la evaluación que determinaba que se trataba de una fuga en la bolsa de la bebida de la tripulación y no se investigó más. "El equipo de tierra dio instrucciones a la tripulación para utilizar una nueva bolsa de bebida para la siguiente misión y eso es lo que hicieron", explica el texto.
De ahí que seis días después, cuando los dos astronautas volvieron a salir al espacio, el problema volviera a aparecer. Para el presidente de la Junta de Investigación de Accidentes, Chris Hansen, este episodio ha sido "el más grave" que se ha registrado "hasta la fecha en relación a estos trajes", conocidos como EVA (Actividad Extra-Vehicular). "No sé de ningún otro fallo que haya tenido este peligro potencial asociado", ha añadido.
LA CABEZA FRÍA DEL ASTRONAUTA
El informe rechaza completamente el tiempo que tardó la NASA en poner a salvo al astronauta, 23 minutos, al mismo tiempo que destaca la cabeza fría de Parmitano lo que, a su juicio, fue determinante en su regreso a la cámara de aire. "La conducta tranquila de Luca mientras su casco se llenaba de agua, posiblemente, le salvó la vida", indican los miembros de la Junta de Investigación de Accidentes en el informe.
Según se explica, el casco de Parmitano comenzó a llenarse con agua justo después de aventurarse fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS), hasta que el agua se introdujo en sus ojos, oídos, nariz y boca, lo que dificultaba su respiración.
"Alrededor de la media hora de la caminata espacial, estábamos empezando la tercera tarea y sentí un poco de agua en la parte de atrás de mi cabeza. Me di cuenta que se trataba de agua fría y que no era un sentimiento normal, por lo que avisé al control en Tierra", explicó el astronauta italiano tras el suceso.
Fue entonces cuando se suspendió la misión y los astronautas regresaron al módulo espacial. Al quitarse el casco, el italiano descubrió alrededor de litro y medio de agua. "Cuando comencé mi vuelta a la ISS el agua seguía goteando y tenía completamente cubiertos mis ojos y mi nariz. Era realmente difícil ver, no podía oír nada y era muy difícil comunicarse, así que volví usando sólo la memoria, básicamente", declaró Parmitano.
Ahora, la NASA ha decidido no planificar caminatas espaciales, excepto emergencias, hasta que se hayan estudiado las sugerencias de la Junta de Investigación de Accidentes para evitar que casos de alta peligrosidad como éste vuelvan a suceder.
Del mismo modo, el administrador asociado para la exploración humana de la NASA, William Gerstenmainer, ha destacado que este documento "demuestra que la agencia no quiere ocultar las cosas" y que, por el contrario, "están trabajando sobre cómo poder mejorar". "Creo que esta es la forma en la que logramos prevenir Columbias y Challengers", ha concluido.http://www.europapress.es/ciencia/
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