«Imagínese vivir en un planeta con estaciones tan erráticas que casi no puede saber qué ponerse: bermudas o un gran abrigo». Así describe el equipo del telescopio espacial Kepler el extraño e inestable mundo que la sonda acaba de descubrir a 2.300 años luz de distancia en la constelación de Cygnus. Bautizado como Kepler- 413b, gira alrededor de una pareja de estrellas enanas (una roja y otra naranja) muy cercanas cada 66 días.
Pero lo que hace de este planeta algo muy inusual es que se tambalea, o cambia su movimiento en el espacio, salvajemente sobre su eje de rotación. La inclinación del eje de rotación del planeta puede variar tanto como 30 grados en once años, dando lugar a cambios rápidos y erráticos en las estaciones. Nada que ver con la precisión de la rotación de la Tierra: 23,5 grados en 26.000 años. Para los investigadores, cuyos resultados se publican en la revista The Astrophysical Journal, el hecho de que este planeta lejano cambie sobre su eje en una escala temporal humana es simplemente «increíble».
Caliente y gaseoso
Este mundo es demasiado caliente para que exista la vida tal como la conocemos. Su órbita está ligeramente más cerca de las estrellas que el borde interior de la zona habitable del sistema, la región donde las temperaturas permiten que exista agua líquida. Por si fuera poco, se trata de un planeta gaseoso gigante de cerca de 65 masas terrestres - un súper Neptuno- por lo que no hay ninguna superficie donde ponerse en pie.La órbita del planeta es inusual, está inclinada 2,5 grados con respecto al plano de la órbita de la estrella binaria. Durante un período de once años, también parece tambalearse mientras circula alrededor del par de estrellas.
Los astrónomos que utilizan el Kepler descubrieron esta característica cuando se dieron cuenta de que los tránsitos del 413b tenían un patrón inusual. Normalmente, los planetas en tránsito se ven pasar por delante de sus estrellas madre como un reloj, y se detectan cuando provocan un oscurecimiento de la estrella, o las estrellas, si hay más de una, como es este caso.
Como una rueda de bicicleta
Sin embargo, lo que los investigadores vieron fueron tres tránsitos en los primeros 180 días (uno cada 66 días) y después pasaron 800 días sin novedad alguna. Después, observaron cinco tránsitos más seguidos. El próximo no se prevé que se produzcan hasta el año 2020. Para entender los complicados movimientos de este planeta, los investigadores lo comparan con una rueda de bicicleta tumbada. Si la rueda gira mientras está tumbada en el suelo, se tambaleará. La órbita del planeta es igual. Ahora imagine poner una peonza en el borde de la rueda que gira. Esto es como el movimiento de precesión del planeta, el cambio de dirección en el espacio.
Los astrónomos aún tratan de explicar por qué este planeta es tan extraño. Según explican, es posible que existan otros cuerpos planetarios en el sistema que inclinen la órbita. O que una tercera estrella cercana pueda estar gravitacionalmente unida al sistema y ejercer una influencia. Para los científicos, es muy posible que existan otros muchos más planetas como éste fuera del Sistema Solar que, simplemente, todavía no hemos sido capaces de observar.
La investigación está disponible online en Arxiv.orghttp://www.abc.es/ciencia/
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