La NASA ha descubierto recientemente un planeta muy extraño. Sus días duran el doble que sus años. También tiene una cola, como la de los cometas. Además, es lo suficientemente caliente como para derretir el plomo, sin embargo está cubierto por depósitos de hielo. Y, para coronar todo esto, aparenta ser de color rosa.
Ese planeta es Mercurio.
Por supuesto, los astrónomos saben de la existencia de Mercurio desde hace miles de años, pero desde que la sonda MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging, en idioma inglés, o Superficie, Ambiente Espacial, Geoquímica y Cálculo de la Distancia de Mercurio, en idioma español), de la NASA, ingresó a la órbita de Mercurio en el año 2011, los investigadores sienten que han vuelto a descubrir por completo al planeta más interior. Los sucesivos descubrimientos han confirmado la naturaleza alienígena de este pequeño y veloz mundo, al cual usted podrá ver esta semana con sus propios ojos.
Mercurio está emergiendo desde el resplandor del Sol y brindará una hermosa vista, de dos semanas de duración, durante el mes de febrero de 2013. El espectáculo comienza aproximadamente media hora antes de la puesta del Sol. Examine el horizonte, observe el lugar donde el resplandor del Sol es más potente y, si el cielo está claro, Mercurio debería emerger en el atardecer como un brillante puntito de luz de color rosa. Mercurio por sí mismo no es rosa, pero con frecuencia se torna de ese color debido a los tonos rosados del Sol al atardecer.
Si usted observa el cielo durante las noches del 8 y del 9 de febrero, examine el firmamento alrededor de Mercurio usando binoculares. Allí también hay un segundo planeta. Se trata de Marte, que brilla con un débil tono rojizo, a apenas un grado de distancia de Mercurio. Bajo la óptica de los binoculares, Mercurio y Marte forman un encantador y pequeño "doble planeta".
A medida que transcurra febrero, Mercurio irá ascendiendo en el cielo al atardecer e irá iluminándose a medida que se eleve. Desde el 11 de febrero hasta el 21 de febrero, el "planeta rosa" será visible durante una hora después de la puesta del Sol. El 11 de febrero es una fecha de especial interés: una delgada Luna aparecerá justo arriba de Mercurio y proporcionará de este modo una guía para quienes recién se inicien en la observación del cielo.
Mercurio gira alrededor del Sol aproximadamente tres veces más cerca que la Tierra; rota apenas tres veces sobre su eje cada dos años de Mercurio. Este lento giro bajo el infierno solar "cocina" la superficie de Mercurio hasta dejarla completamente seca y aumenta su temperatura diurna a 425 grados Celsius, lo cual es lo suficientemente caliente como para derretir el plomo. Esto parecería ser un sitio donde no habría demasiadas probabilidades de hallar depósitos de hielo; sin embargo, eso es lo que confirmó la sonda MESSENGER (acrónimo que, traducido al idioma español, significa "Mensajero"): Mercurio posee hielo suficiente en sus polos como para revestir Washington DC con una capa de agua congelada de 3,2 kilómetros (dos millas) de espesor.
La existencia de hielo en Mercurio es posible porque la inclinación del eje de giro del planeta es prácticamente cero (menor que un grado), de modo que hay huecos en los polos del planeta que nunca ven la luz del Sol. Las áreas en sombra en cada extremo del planeta, que tiene abundantes cráteres, resultan ser lo suficientemente frías como para congelar y albergar agua.
Pero la sonda MESSENGER descubrió algo más: la mayor parte del hielo de Mercurio está recubierta con una misteriosa sustancia oscura. Los investigadores no saben con exactitud de qué se trata pero sospechan que es una mezcla de complejos compuestos orgánicos que llegaron a Mercurio a través de los impactos de asteroides y cometas.
En algunos aspectos, Mercurio mismo se parece a un cometa con una larga cola. Las sondas gemelas STEREO (acrónimo que en idioma inglés significa: Solar Terrestrial Relations Observatory y que en idioma español significa: Observatorio de las Relaciones Terrestres y Solares), de la NASA, detectaron la cola de Mercurio en el año 2008, cuando se encontraban en una misión destinada a observar el Sol. Desde entonces, la sonda MESSENGER ha volado a través de él. La cola parece estar formada por material que se desprendió de la superficie de Mercurio debido a su exposición a las llamaradas solares y al viento solar, a quemarropa. La presión de la luz solar empuja a la cola en dirección opuesta al Sol, exactamente igual que la cola de un cometa.
En la actualidad, el Sol se está acercando al máximo de su ciclo de actividad de 11 años y Mercurio está siendo golpeado por las tormentas espaciales más cuantiosas que se hayan registrado en años. Este es un momento excepcional para que MESSENGER estudie los procesos que convierten a Mercurio en un "planeta cometario".
Mercurio es en verdad un extraño planeta. Cuando el Sol se ponga esta noche, vaya afuera y véalo con sus propios ojos. http://ciencia.nasa.gov/
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