La sonda china Chang’e-4 ha cumplido este 3 de enero un año desde su aterrizaje pionero en la cara oculta de la Luna, concretamente en el cráter de Von Karman de la cuenca Aitken, cerca del polo sur.
El lugar de aterrizaje de la sonda ha sido nombrado «Statio Tianhe», nombrada así porque en chino Tianhe significa Vía Láctea y «Statio» en latín significa base.
El vehículo de exploración Yutu-2 a bordo del aterrizador de la misión ha rodado en este año 357,695 metros, en tareas de investigación científica de este territorio hasta ahora desconocido.
Rover y aterrizador finalizaron este 2 de enero las labores correspondientes al decimotercer día lunar, y han cambiado a un modo inactivo durante la noche, informó el Centro de Exploración Lunar y del Programa Espacial de la Administración Nacional del Espacio de China.
Los instrumentos científicos en el módulo de aterrizaje y la sonda funcionaron según lo planeado. Este último llevó a cabo exploraciones de varios sitios, fotografió y detectó mediante luz infrarroja una piedra en la superficie lunar, agregó el centro.
Yutu-2 ó Conejo de Jade-2 ha trabajado mucho más tiempo que su vida útil de tres meses, con la que fue diseñado, convirtiéndolo en el vehículo lunar de mayor duración de trabajo en la Luna.
El vehículo ha encontrado materiales de las profundidades de la Luna que podrían ayudar a develar el misterio de la composición del manto lunar y sobre la formación y evolución de la Luna y la Tierra.
Los científicos chinos utilizaron los datos obtenidos por el espectrómetro visible e infrarrojo instalado en Yutu-2 y encontraron que el suelo lunar en el área de aterrizaje de la sonda Chang’e-4 contiene olivino y piroxeno que provienen del manto lunar en las profundidades de la Luna.
El vehículo se mueve despacio pero seguro, debido al complicado entorno geológico e irregular terreno que está lleno de cráteres, en el lado más alejado de la Luna, y se espera que continúe y haga más descubrimientos científicos.
China envió el satélite repetidor Queqiao a la órbita de halo, alrededor del segundo punto lagrangiano del sistema Luna-Tierra, a casi 500.000 kilómetros de la Tierra para proporcionar un enlace de comunicaciones entre el otro lado de la Luna y el control en la Tierra.
Zhang Lihua, diseñador jefe de Queqiao, dijo que el satélite ha estado funcionando adecuadamente y será capaz de continuar su operación durante otros 10 años.
«Dejaremos que Queqiao trabaje el mayor tiempo posible. Podrá también proporcionar comunicaciones para las sondas de otros países que tienen la intención de explorar el lado lejano de la Luna mientras dure la vida útil del satélite», señaló Ye Peijian, investigador de la Academia de Ciencias de China y experto sénior sobre el espacio, citado por Xinhua.
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