En esta nueva imagen de la nebulosa Messier 78, las estrellas jóvenes proyectan un velo azulado sobre su entorno mientras que incipientes estrellas rojas, envueltas en sus “caparazones” de polvo cósmico, echan un vistazo al exterior. A nuestros ojos, la mayoría de estas estrellas se esconde tras el polvo, pero el telescopio de sondeo VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) de ESO, ve la luz del infrarrojo cercano, que pasa a través del polvo. El telescopio es como un gigantesco aspirador de polvo que permite a los astrónomos penetrar en las profundidades del entorno estelar.
Messier 78, o M78, es un ejemplo bien estudiado de nebulosa de reflexión. Está situada, aproximadamente, a 1.600 años luz, en la constelación de Orión (el cazador), justo a la izquierda y por encima de las tres estrellas que conforman el cinturón de esta emblemática referencia celeste. En esta imagen, Messier 78 es la bruma azulada del centro; la otra nebulosa de reflexión que vemos a la derecha se llama NGC 2071. El astrónomo francés Pierre Méchain descubrió Messier 78 en 1780. Sin embargo, hoy es más conocida por ser la entrada nº 78 del catálogo del astrónomo francés Charles Messier, agregada en diciembre de 1780.
Cuando la observamos con instrumentos de luz visible, como el WFI (Wide Field Imager) de ESO (instalado en el Observatorio La Silla), Messier 78 aparece como una extensión de brillante luz azul rodeada por rastros oscuros (ver eso1105). El polvo cósmico refleja y dispersa la luz procedente de las estrellas jóvenes y azuladas que se encuentran en el corazón de Messier 78, por eso es conocida como una nebulosa de reflexión.
Esos rastros oscuros son espesas nubes de polvo que bloquean la luz visible originada detrás de ellas. Estas regiones densas y frías son lugares privilegiados para la formación de nuevas estrellas. Cuando observamos a Messier 78 y a sus vecinas en el rango submilimétrico de la luz (que se encuentra entre las ondas de radio y la luz infrarroja) por ejemplo, con el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment), este rango revela el resplandor de los granos de polvo en burbujas que están tan solo un poco más calientes que su entorno, extremadamente frío (ver eso1219). Finalmente, en esas burbujas nacerán nuevas estrellas a medida que la gravedad haga que se contraigan y se calienten.
Entre la luz visible y la luz submilimétrica se encuentra la parte infrarroja del espectro, donde el telescopio de sondeo en el infrarrojo y el visible VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) proporciona a los astrónomos información crucial. Más allá de los polvorientos reflejos y a través de las zonas donde la presencia de material es menos abundante, VISTA puede ver las fuentes luminosas estelares que hay dentro de Messier 78. En el centro de esta imagen, dos estrellas azules supergigantes, llamadas HD 38563A y HD 38563B, brillan intensamente. Hacia la derecha de la imagen también puede verse la estrella supergigante HD 290861, que ilumina a NGC 2071.
Además de estrellas grandes, azules y calientes, VISTA también puede ver muchas estrellas que están empezando a formarse en el polvo cósmico esparcido por esta región: esta imagen lo muestra claramente en sus colores rojizos y amarillos. Estas coloridas estrellas incipientes pueden encontrarse en las bandas de polvo que hay alrededor de NGC 2071 y por el sendero de polvo que se mueve hacia la izquierda de la imagen. Algunas de ellas son estrellas T Tauri. Aunque son relativamente brillantes, aún no tienen la temperatura suficiente como para iniciar reacciones de fusión nuclear. En varias decenas de millones de años, completarán el proceso y pasarán a la etapa infantil, ocupando su lugar junto a sus hermanos estelares e iluminando la región de Messier 78.http://www.eso.org/public/spain/news/eso1635/?lang
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