El experimento LHCb ha anunciado este miércoles los resultados que confirman la existencia de hadrones exóticos, un tipo de materia que no puede clasificarse dentro del modelo de quarks tradicional.
Los hadrones son partículas subatómicas que pueden participar en la interacción fuerte, la fuerza que une los protones dentro de los núcleos de los átomos. Los físicos han teorizado desde la década de 1960 acerca de ellos y una amplia evidencia experimental ya ha confirmado que los hadrones están compuestos de quarks y antiquarks que determinan sus propiedades.
Un subconjunto de los hadrones, llamados mesones, se forma a partir de pares quark-antiquark, mientras que el resto --bariones-- están formados por tres quarks. Pero, además, los físicos han encontrado varias partículas que no encajan en este modelo de estructura de los hadrones. Ahora la colaboración LHCb ha publicado una observación inequívoca de una partícula exótica, llamada Z (4430), que no encaja en el modelo de quarks.
Ya se había hallado la primera evidenciapara de Z (4430) en 2008 tras el descubrimiento de un pico en la distribución de masa de las partículas que resultan de las desintegraciones de mesones B. Más tarde se confirmó la existencia de Z (4430) con una significancia de 5,2 sigma en la escala que los físicos de partículas utilizan para describir la certeza de un resultado.
Ahora, LHCb informa de una medición más detallada de esta partícula que confirma que es inequívocamente una partícula, y una de hadrones exóticos buscado durante mucho tiempo.
Para alcanzar este logro se analizaron más de 25.000 desintegraciones de mesones B seleccionados a partir de datos a partir de 180 billones de colisiones protón-protón en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC).
"La fiabilidad de la señal de la existencia de Z (4430) es abrumadora --por lo menos 13,9 sigma-- que confirma la existencia de este estado", ha apuntado el portavoz de LHCb Pierluigi Campana. "El análisis LHCb establece la naturaleza resonante de la estructura observada, lo que demuestra que esto es realmente una partícula, y no una característica especial de los datos", ha concluido.http://www.europapress.es/ciencia
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