Por Nora Bär (para La Nación)
Esta semana, el choque de uno de esos "vagabundos del espacio" contra la superficie de Júpiter volvió a plantear la posibilidad de que algo similar pueda volver a suceder. Y aunque algunos lo suponen altamente improbable, los programas de seguimiento de objetos potencialmente peligrosos calculan que estos últimos pueden superar el millar.
El cálculo de probabilidades sobre semejante drama en la novela cósmica varía entre quienes hacen la estimación. "Una teoría plantea que los cataclismos podrían ocurrir cada 26 millones de años ?dice Claudio Quiroga, astrónomo del Observatorio de La Plata?. En ese lapso, el Sol penetraría dentro del brazo espiral de la galaxia, lo que provocaría una inestabilidad. Se supone que en ese caso «algo» afectaría gravitatoriamente a los cometas y asteroides, y haría que «caigan» hacia el Sol."
Para Gonzalo Tancredi, experto en este tema del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de Montevideo, Uruguay, para empezar a calcular la frecuencia de colisiones de "cascotes" extraterrestres, lo primero que hay que tener en cuenta es su tamaño.
"Los pequeños impactan en forma más frecuente que los grandes, pero obviamente sus consecuencias son mucho menos relevantes ?explica?. Además, en el caso de la Tierra tenemos una protección, que es la atmósfera, que hace que los que tienen menos de algunos cientos de metros se desintegren totalmente y sólo caigan pequeñas fracciones. La preocupación de un impacto de consecuencias catastróficas en el nivel regional comienza con los de más de 200 metros de diámetro. Para que la catástrofe tenga una escala mundial, o sea, que los efectos se manifiesten en todo el planeta, el objeto tiene que tener más de 1 kilómetro de diámetro. Un impacto de ese tipo produciría una explosión equivalente a cinco millones de bombas nucleares como la de Hiroshima."
Fuente: www.astropampa.com
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