El seguimiento realizado a la estrella con el Interferómetro Espacial Infrarrojo (ISI por sus siglas en inglés), que la universidad posee sobre el Monte Wilson, en el sur de California, indica que Betelgeuse, que es tan grande que si en nuestro sistema solar ocupase el lugar del Sol se extendería hasta la órbita de Júpiter, ha sufrido una reducción de más del 15 por ciento de su diámetro desde 1993.
Como el radio de Betelgeuse es de cerca de cinco unidades astronómicas, o cinco veces el radio de la órbita de la Tierra en torno al Sol, eso significa que el radio de la estrella se ha contraído tanto como la distancia entre el planeta Venus y el Sol.
"Observar este cambio resulta muy impactante", recalca el profesor emérito de física de la universidad Charles Townes, quien ganó en 1964 el Premio Nobel de física por la invención del láser y del máser (un láser de microondas). Townes y su colega, Edward Wishnow, un físico del Laboratorio de Ciencias del Espacio de la universidad, planean observar la estrella cuidadosamente durante los próximos años para ver si sigue contrayéndose o retorna a un tamaño mayor.
Aunque la estrella se está encogiendo, su brillo visible, o magnitud, que se monitoriza regularmente, no ha disminuido de manera significativa durante los últimos 15 años.
Los astrónomos no saben por qué la estrella se encoge. "Considerando todo lo que sabemos acerca de las galaxias y el universo distante, aún ignoramos muchas cosas sobre las estrellas, incluyendo lo que ocurre cuando las gigantes rojas se acercan al final de su vida", declara Wishnow.
Betelgeuse fue la primera estrella de la que se midió su tamaño, y aún hoy es una de las pocas que aparece como un disco y no como un punto de luz a través del Telescopio Espacial Hubble.
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