El rover lunar Apolo 15, en la superficie de la Luna con el astronauta Jim Irwin |
En la década de los 60 y los 70, los Estados Unidos y la Unión Soviética enviaron a nuestro satélite natural una serie de misiones robóticas (Surveyor y Luna) y tripuladas (las Apolo). Todas estos misiones dieron a los científicos contemporáneos un banco de datos sobre el medioambiente lunar, incluyendo su molesto polvo. Los principales problemas asociados con él son su abrasividad, la adherencia a las ropas y los equipos, la reducción de la visibilidad especialmente durante el aterrizaje y el efecto sobre la salud humana de la inhalación de las partículas de polvo. Los astronautas descubrieron que el polvo se pegaba a todos los materiales, algo que podría ser fatal si dañaba sistemas de soporte vital.
La nueva investigación, presentada por Farideh Honary, de la Universidad de Lancaster, presenta un estudio del movimiento simulado del polvo lunar cerca de un rover. Las simulaciones se realizaron para dos situaciones lunares diferentes: la frontera entre la noche y el día, cuando el Sol se sale o se pone, y a plena luz del día. El rover se modeló como una caja rectangular de 3m x 1,5m x 2m colocado un metro por encima de la superficie lunar.
Además, los científicos simularon una superficie lunar de 30 m de largo x 30 m de ancho y 20 m de altura. Las partículas de polvo se introdujeron en la simulación durante un período de tiempo, cuando la superficie y el rover estaban en equilibrio eléctrico.
Un rover con forma de cúpula
En las pruebas, las partículas de polvo viajaron hacia arriba por encima de la altura de la rover, pero los resultados sugieren que se movieron en diferentes direcciones según el momento del día que se estaba representando. En el lado diurno, las partículas son empujadas hacia el exterior y en el que recrea las condiciones de puesta y salida del Sol, el polvo viaja arriba y abajo sobre el rover, reagrupándose en el vacío sobre el mismo. Los resultados sugieren que una estructura como un rover puede recoger una cantidad importante de polvo con el tiempo y que esto va a pasar con mayor rapidez al amanecer y al atardecer.
Honary cree que esto tiene implicaciones para el diseño del rover: «En la mayor parte de la superficie lunar un rover experimentaría aproximadamente 14 días de luz solar seguidos de 14 días de oscuridad, por lo que la transición entre los dos durará mucho tiempo para los estándares terrestres. Los ingenieros realmente necesitan pensar en ello», señala. Una solución podría ser la construcción de «un robot con forma de cúpula para que el polvo simplemente caiga al suelo»http://www.abc.es/ciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario