Esta galaxia, llamada IC 3639, contiene un ejemplo de un agujero negro supermasivo oscurecido. Crédito: ESO. |
Los agujeros negros más grandes a veces se agazapan detrás de gas y polvo, escondiéndose frente a la mirada de la mayoría de los telescopios. Pero se delatan siempre cuando el material del que se alimentan emite rayos X de alta energía que, por ejemplo, puede detectar la misión NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array) de NASA. Así es cómo ha identificado recientemente dos agujeros negros supermasivos rodeados de gas, y situados en los centros de dos galaxias cercanas.
“Cada galaxia grande del Universo se cree que alberga un agujero negro supermasivo en su centro, con millones de veces la masa de nuestro Sol”, explica Peter Boorman. “Estos sistemas pueden devorar ingentes cantidades de materia debido a su atracción gravitatoria extrema, haciéndoles crecer. La materia que cae a su interior emite radiación en todo el espectro electromagnético. Estos agujeros negros supermasivos que están creciendo reciben el nombre de núcleos galácticos activos (AGN de sus siglas en inglés).
“La emisión puede ser absorbida por nubes gruesas de gas y polvo que recubren el AGN”, continua Boorman. “A medida que el nivel de oscurecimiento aumenta sólo los rayos X de mayor energía consiguen escapar, para ser observados por nosotros”.
Con estos estudios, los investigadores esperan determinar la distribución por el Universo de AGN oscurecidos y determinar cómo han crecido y evolucionado estos agujeros negros a lo largo de miles de millones de años.http://observatori.uv.es/
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