Se cree que La Luna se formó a partir de una colisión, hace 4.500 millones de años, entre la Tierra y un objeto del tamaño de Marte, conocido como "Theia". En las últimas décadas los científicos han simulado este proceso y se reproducen muchas de las propiedades del sistema Tierra-Luna.Sin embargo, estas simulaciones también han dado lugar a un problema conocido como la Paradoja Lunar: la Luna parece estar compuesta de material que no debería estar si la teoría actual de la colisión es correcta. Un estudio reciente publicado en Icarus propone una nueva perspectiva de la teoría en respuesta a la paradoja.
Si las teorías actuales deben ser tenidas en cuenta, los análisis de las diversas simulaciones de la colisión de Theia con la Tierra predicen que la Luna se compone sobre todo de material de Theia. Sin embargo, el estudio de los materiales de la Tierra y la Luna muestra similitudes notables. De hecho, los elementos que se encuentran en la Luna muestran idénticas propiedades isotópicas a los encontrados en la Tierra.
Dado que es muy poco probable que tanto Theia y la Tierra tenían idénticas composiciones isotópicas (como todos los demás organismos conocidos del sistema solar, excepto la Luna, parecen ser diferentes) esta paradoja pone en duda la teoría dominante de la formación de la Luna. Además, para algunos elementos, como el silicio, la composición isotópica es el resultado de procesos internos, relacionados con el tamaño del cuerpo principal. Dado que Theia era más pequeño que la Tierra, su composición isotópica de silicio debería haber sido, sin duda, diferente a la del manto de la Tierra.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Berna, Suiza, ha logrado un avance significativo en preciasar la historia de la formación de la Luna, lo que sugiere una respuesta a esta paradoja Lunar. Exploraron una geometría diferente de lo que se simula en las colisiones, considerando también las configuraciones de efectos nuevos, como las llamadas "colisiones de impacto y escape", donde se pierde una cantidad significativa de material no ligado al espacio en órbitas terrestres.
"Nuestro modelo contempla nuevos parámetros de impacto, que nunca se han probado antes. Además de las consecuencias para el sistema Tierra-Luna en sí, la velocidad de impacto considerablemente mayor abre nuevas posibilidades para el origen del impactador y por lo tanto también para los modelos de formación de planetas terrestres, ", explica el autor principal del estudio, Andreas Reufer.
"Si bien ninguna de las simulaciones presentadas en su investigación proporciona una combinación perfecta para las limitaciones del actual sistema Tierra-Luna, varias se acercan", añade Alessandro Morbidelli, uno de los editores de Ícaro. "Este trabajo, por lo tanto, sugiere que una futura exploración exhaustiva del vasto espacio de parámetros de colisión finalmente puede conducir a la largamente buscada solución de la paradoja lunar". http://www.europapress.es leer mas
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